Ciclismo

París

El Tour más duro de Contador

Cruzó la meta Alberto Contador de los Campos Elíseos, del Tour de Francia, y fue extraño. No vestía amarillo alguno en su enjuto cuerpo llevado al límite todo el año. Algarve, Murcia, Cataluña, Flecha Valona, Giro de Italia, Campeonatos Nacionales y, finalmente, la ronda gala.

Evans, en el podio y enfundado en la bandera australiana.
Evans, en el podio y enfundado en la bandera australiana.larazon

Tan extraño y singular como único, el madrileño derrotado después de seis grandes vueltas corridas y a la vez ganadas. Exhausto, su temporada sigue junto a sus abogados en los despachos, que en los próximos días, frente al Tribunal de Arbitraje Deportivo, decidirán el futuro más próximo del chico de Pinto. Sin bicicleta y sin pedales, sin poder atacar como a él le gusta y bailar sobre las montañas, se enfrenta Contador a la prueba más difícil de su carrera, de la que poco o nada ha trascendido. Será del 1 al 3 de agosto cuando se tome la resolución definitiva sobre su caso, pero ya se han recogido voces, ecos de especialistas franceses que abogan por la inocencia del madrileño y la imperceptible cantidad de clembuterol encontrada en el pasado Tour de Francia que ganó.
En eso ni se para Contador que, ya sin dar pedales, piensa en las vacaciones y en la próxima temporada. Ciclista 24 horas los 365 días del año, planea lo que quiere ganar el próximo año. Culto completo le rendirá al Tour de Francia, nada de Giro ni clásicas ni pruebas de una semana. Tampoco la Vuelta a España. Por ella le preguntó Cadel Evans, camino de París, cuando el madrileño le fue a felicitar por el Tour y por cortar de cuajo la racha imparable desde 2006 hasta esta edición, que pone rumbo a Australia, de triunfos españoles en los Campos Elíseos. «No, no, no», le dijo Contador a Evans. Se irá de vacaciones mientras el del BMC se reta a sí mismo a conquistar su segunda grande en un mismo año.
Por el podio, al que por vez primera en la historia del Tour subieron dos hermanos, la bella saga de los Schleck, también pasó Samuel Sánchez, el señor de las montañas francesas. Vestido de «sevillana» y sexto en la clasificación general, se corona el asturiano junto a su etapa en Luz Ardiden. Él y otro Sánchez, Luis León, dieron las alegrías parciales a España con dos triunfos. Otras dos veces se quedó a las puertas Samuel, con dos segundos puestos.
Brilló también el Movistar con su perla portuguesa Rui Costa en Super Besse, y peleó con uñas y dientes en cada esprint intermedio con Rojas, «indignado», viendo a Cavendish –ayer sumo su quinto esprint ganador– recoger un verde que, por fuera de control, no le pertenecía, pero que abre las puertas de la esperanza de par en par a un futuro nada lejano con el murciano como portador.
Fueron todos los protagonistas del despertar, también el obstáculo para la siesta durante todo un mes de julio de Tour, que no fue tan apasionante en sus primeras semanas, pero tuvo un final apoteósico entre el Galibier y Alpe d'Huez con Andy Schleck y Contador como protagonistas.