El PSM explica ahora los despidos

«El Partido Socialista de Madrid lamentablemente se ha visto obligado a prescindir de nueve trabajadores», con estas palabras plasmadas en un comunicado remitido desde la dirección general del PSM se justificaba el equipo de Tomás Gómez por haber tomado una «dolorosa medida»: echar a casi una decena de miembros de su plantilla.

Desde el partido reconocen a los trabajadores «su servicio prestado satisfactoriamente» pero aducen un «descenso de ingresos del PSM» tras la debacle electoral que los socialistas sufrieron, tanto en la Comunidad como en la mayor parte de los municipios de la región en las autonómicas, como principal motivo de los despidos. Otras fuentes del partido, sin embargo, continuaban ayer tildando de «purga de críticos» o «revancha interna» la salida de personal fijo, entre otros, varias secretarias, un periodista y un abogado de la formación tras años de trabajo –casi veinte en algún caso– y cuando alguno de los despedidos estaba a punto de marcharse de vacaciones.

En un principio, según ha podido saber LA RAZÓN, la decisión era más drástica: la organización tenía previsto comunicar un ERE por el que finalmente no optaron, según miembros del partido, porque esta decisión podría «dañar gravemente la imagen del PSM».

En declaraciones a Servimedia, Gómez reconoció que para la formación que dirige es «imposible sostener» a todos sus empleados tras la caída de recursos. «Como cualquier organización, cuando caen los ingresos uno no puede estar por encima de las posibilidades económicas que tiene», argumentó sin quizá saber o recordar que en el último año el PSM ha contratado a familiares y amigos de varios altos cargos del partido.

El PSM tendrá que abonar ahora a los trabajadores que suma a la lista del INEM hasta 200.000 euros en concepto de indeminzaciones. Una cifra, según las fuentes consultadas, que podría doblarse y alcanzar el medio millón de euros si los empleados acuden a denunciar sus casos a magistratura. «Se trata de un nuevo patinazo de Gómez que nos va a costar un dineral a todo el partido», aseguraba ayer un ex concejal socialista a este diario.

Aunque reconocen que los recortes se imponen en la formación tras el descenso de ingresos, una parte de la militancia duda aún de si la dirección tomó una decisión correcta cuando optaron por mudarse al Palacio de la Prensa, en Callao.