La pesadilla de Viñales

Alcañiz- Empezó este curso en una nube, con el regusto de su gran debut en el Mundial y el único objetivo de ser campeón. Entonces sonreía imaginando lo que le esperaba, que seguramente no tenía nada que ver con lo que está viviendo. Del sueño de ser campeón y no esperar más para pasar a Moto2, Viñales se ha encontrado con la pesadilla de no sentirse cómodo con la moto ni ser capaz de acabar con la solidez de Cortese. El viernes anunció con cara de circunstancias que iba a quedarse un año más en la categoría pequeña y ayer, siguiendo la Ley de Murphy, todo lo que estaba funcionando mal empeoró para él. En la vuelta de calentamiento el ordenador que controla su máquina se estropeó y con él, la moto entera. «Mack» enfureció, la dejó en mitad de la pista y se marchó a casa directamente, sin abrir la boca para dar explicaciones.

Mientras Maverick masticaba su mala suerte, Salom conseguía una victoria que le colocó en el camino del subcampeonato. «Es imposible, a no ser que empiece a caerse ahora», aseguraba ante la posibilidad de retar al líder Cortese, que fue segundo.