Cataluña

In(ter)dependencia por Toni Bolaño

La Razón
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Artur Mas está feliz poniendo el acento en el referéndum sobre la independencia. Todos le han entrado al trapo. Incluso le encanta que le acusen de promover una consulta ilegal. Ha conseguido centrar el debate electoral fuera de su más que misérrima gestión y focalizar el final del proceso «de la transición nacional» en una consulta, aunque ni él mismo sepa cuál es el camino que debe seguir «esa transición nacional». Mas ha prometido a los catalanes que votaremos pero no sabemos el qué. Habla de un momento histórico que a muchos nos parece histérico. Sin embargo, maneja bien los tiempos y sabe marear la perdiz. Sus acólitos están entusiasmados y sus adversarios enredados en un debate etéreo en el que prima la épica y se repudia el pragmatismo. En poco más de un mes, el candidato Mas ha pasado de liderar una manifestación independentista a decir que la independencia clásica no interesa a Cataluña, que el proyecto pasa por crear un Estado interdependiente. Éste es el último escenario de un rocambolesco proceso en el que se ha considerado la posibilidad de un Estado asociado al estilo de Puerto Rico, de la alambicada argumentación de un nuevo Estado de Europa con estructuras de Estado, sin olvidar que la Cataluña independiente podría ser siendo una monarquía a imagen y semejanza del modelo de la Commonwealth.
Mas se refugia en el romanticismo que emociona, que excita sentimientos. Quiere alejarse de la realidad. Es demasiado tozuda. De ahí sus bandazos. Sólo quiere ganar las elecciones por mayoría absoluta. Luego ya verá. Ya definirá el proyecto. De momento, entretiene al personal con debates interminables. Ha definido a Madrid como adversario y los suyos están que se salen. Ya saben a quién culpar de todo. Además, algunas salidas de tono de algún ministro, que ejerce más cómo pirómano que cómo bombero, le vienen como anillo al dedo. Su interdependencia de hoy –que no independencia– se parece más al confederalismo que defiende Duran o al federalismo de los socialistas que a la independencia de Esquerra Republicana. Mañana sorprenderá con otra cosa. Dependerá de las encuestas. De los recortes que planteará en los próximos presupuestos ni una palabra. Ése es su objetivo. Mas habla de sus soluciones de futuro pero no de las soluciones de mañana. Los que no lleguen a final de mes tendrán que esperar. Las empresas que cierren, también. Ahora toca corazón, no razón.