Banco de España
La economía española se estanca
Si algo han criticado con persistencia organismos internacionales como el FMI, la UE o la OCDE es el exceso de optimismo del Gobierno español al hacer sus previsiones económicas. Quizá haya sido el optimismo casi patológico de Rodríguez Zapatero el motivo de tales excesos, pero la realidad es que los pronósticos del Ejecutivo para este ejercicio, con una estimación de crecimiento del PIB del 1,3%, van camino de no cumplirse.
El Banco de España, en su último boletín económico publicado ayer, concluye que, tras un primer trimestre relativamente bueno, la incipiente recuperación ha perdido fuelle. Entre marzo y junio, la economía creció un 0,7% en tasa interanual, frente al 0,8% que lo hizo en el primer trimestre. En tasa intertrimestral, se ha pasado de un 0,3% a un 0,2%.
A pesar del buen comportamiento que experimentaron las exportaciones, que aportaron 2,6 puntos porcentuales al crecimiento, la atonía del consumo, que encadena doce meses de caídas consecutivas, sigue pesando más y actuando como freno para que la recuperación despegue en un momento ya de por sí complicado por el agravamiento de la crisis de deuda. En el segundo trimestre el consumo experimentó un retroceso de un 1,9% azotado por el elevadísimo desempleo. Para el supervisor, la evolución todavía negativa del mercado laboral, unida a la caída de la renta familiar, constituye un contexto poco propicio para el gasto de los hogares, que sigue mostrando «una notable atonía». Y aunque en términos intertrimestrales la tasa de paro se estabilizó, ha crecido un 0,9% con respecto al año pasado. El Banco de España, no obstante, prefiere mostrarse optimista y destaca el fuerte y excepcional repunte del consumo que se produjo entre abril y junio de 2010 previo a la subida del IVA o a la finalización de programas de ayuda gubernamentales como el plan 2000E para adquirir vehículos.
El otro freno que se ha encontrado la economía ha sido la contracción de la inversión, golpeada por el clima de incertidumbre e inestabilidad financiera de los últimos meses. Es, precisamente, el aumento de las tensiones en los mercados en torno a la deuda soberana la principal amenaza que el supervisor atisba en el horizonte de la recuperación. En su opinión, «la superación de este clima adverso depende de que, a nivel europeo, se pongan en marcha con decisión y claridad» los compromisos adoptados el 21 de julio.
Salgado, optimista
A pesar de los datos adelantados por el Banco de España, que se alejan seis décimas de la previsión oficial de crecimiento, la vicepresidenta económica, Elena Salgado, destacó que el Gobierno no modifica su pronóstico de subida del 1,3 % del PIB para este año porque confía en que las tensiones en los mercados de deuda sean «temporales y duren poco tiempo».
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