Silvia Clemente apuesta por fortalecer a agricultores con la fusión de cooperativas

Valladolid- Fortalecer la posición económica de los agricultores y fijar población en el medio rural. Éste es el objetivo defendido por la consejera de Agricultura y Ganadería de Castilla y León, Silvia Clemente, quien apostó por la fusión de cooperativas agrarias, por ser éstas motor de desarrollo económico y de ordenación del territorio.
Así lo planteó la consejera en las II Jornadas de Cooperativismo Agrario, organizadas en Valladolid por El Norte de Castilla, donde protagonizó la ponencia «El reto de la unión de cooperativas: la experiencia del sector ovino».
En ella, Silvia Clemente defendió una fusión de las sociedades de este tipo que funcionan en Castilla y León para «conseguir el control absoluto del precio», dado que concentra el 65 por ciento del total de ese producto en España.
El objetivo, por tanto se focaliza en que las compañías estén ligadas a la comercialización. «Conseguiremos poner, marcar el precio de la leche de la oveja, y, por lo tanto, que el agricultor, perciba todos los costes que tiene que invertir en la producción», agregó, en declaraciones recogidas por la Agencia Ical.

Mayor porcentaje
La Junta de Castilla y León, a través de un Plan Estratégico, ha conseguido vincular el 40 por ciento de la producción regional, pero «no es suficiente», porque aunque se ha avanzado, hay que conseguir llegar al 80, el 90 por cien, y «sería ideal llegar al 100».
Silvia Clemente puso como ejemplo una cooperativa danesa, que produce el 90 por ciento de la leche de vaca de aquel país y ha logrado un precio de venta de 38 céntimos el litro, mientras que en España se necesitan 135 cooperativas para concentrar una quinta parte de la producción de leche de vaca. Castilla y León cuenta en total con más de mil cooperativas, de las que 580 son agrarias o ligadas a la explotación común de la tierra, y cuentan con 69.000 socios. Por eso, destacó, «tienen una capacidad de generación de recursos muy importante», ya que se vincula producción, transformación y comercialización y el valor añadido queda en manos del ganadero.