Bruselas

Un gastón en Alcorcón

La Razón
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Estos días no paro de leer y escuchar en los medios que Cascallana, alcalde socialista de Alcorcón, es un gastón. No porque sea familiar de Iñaki Gastón, ciclista vasco, sino porque gasta sin parar el dinero de los demás. Como será que hasta un circo se está construyendo. Supongo que como buen hijo quiere honrar la figura de su padre –famoso y querido payaso Quino–, pero de ahí a querer tener un circo estable me parece, cuanto menos una exageración, siendo Alcorcón, uno de los municipios con más deuda de España. Todos los alcaldes están agobiados por el saneamiento económico, excepto él, que lo reduce a «una persecución política». Es que, ¿no ha pensado que quienes le persiguen son los ciudadanos que, gracias a su gestión, tienen una deuda, cada uno, de casi mil euros? ¿O no ha pensado que quienes le persiguen son los acreedores a los que debe 90 millones? Cascallana ha cambiado el «busque, compare y si encuentra algo mejor, cómprelo» por el «compre, gaste y no pague». Y si en el proceso pequeñas empresas se van al garete, pues ya saben: se trata de una burda persecución. Curiosa paradoja la de un comunista que abrazó el capitalismo pero que no entiende el intercambio de bienes y servicios. Así que cuidado, que en Alcorcón hay un gastón.