Conciertos
El «bon vivant» alemán por Antonio Moral
Henze es el último gran compositor de ópera del siglo XX. Su sentido dramático era notabilísimo, está en la línea de Richard Strauss y de los compositores centroeuropeos. Muy buen conocedor de su trabajo, era un genio que manejaba la música de forma extraordinaria. Sin duda, la ópera le hará pasar a la Historia, pero también en la música de cámara fue magnífico. Henze ha estado activo hasta el final. En el aspecto humano, se trataba de una persona de una bondad excepcional, además de poseer un afinado sentido del humor y resultar un excepcional conversador. Amante del vino y de la comida, su actitud siempre era calmada; tenía una forma de estar y de vivir tranquilas. Y un carácter muy mediterráneo. Un «bon vivant» como los de antes, con mucha clase. Residía en una maravillosa casa a las afueras de Roma con unos magníficos jardines.
Siempre le tuve un respeto profesional y un gran cariño. Nunca ocultó su homosexualidad; la vivió con naturalidad. No creo que perdiera ninguna oportunidad por ello, estaba por encima. Tampoco ocultó su ideología de izquierdas. Siempre ha sido muy respetado. Era tal la solidez musical, humana e intelectual del personaje, que lo demás carecía de importancia.
Revisitar los clásicos
Musicalmente ha podido ser criticado porque no ejercía la modernidad de su momento, que era la de la escuela de Darmstadt. En ese sentido, nunca fue «moderno». Con el tiempo se ha visto que esa modernidad no era tal cosa. La cuestión es que siempre ha sido muy libre y ha compuesto lo que le ha dado la gana. Nunca estuvo encasillado en determinadas corrientes como sí les ha ocurrido a otros. Los tiempos al final le han dado la razón. Le gustaba reinterpretar el mundo barroco y revisitar los clásicos con un lenguaje actual.
Antonio Moral
Director del Centro Nacional de Difusión Musical
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