Cataluña

A la tercera José Antonio Vera

La Razón
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Rajoy ha ganado con contundencia a la tercera, como se preveía y decían las encuestas. Su victoria es total y no tiene peros posibles: la mayor del PP en su historia. Ha vencido sobre todo el mundo: sobre los que los que le hostigaron, criticaron y zancadillearon dentro de su propio partido; sobre cierto periodismo que se cree con derecho a poner y quitar liderazgos; sobre las encuestas primeras que nunca le daban vencedor; sobre el pacto del Tinell y el de la izquierda extrema que pretendió aislarle; sobre un Zapatero que le ganó dos veces y acabó en sus brazos; y sobre un Rubalcaba torpe urdidor de conspiraciones que fracasó en lo que maquinó contra el líder del PP.

Rubalcaba no ha sido candidato, en realidad. Ha sido alguien que ha luchado por el liderazgo de su partido, pero que se equivocó en estrategia, mensaje, eslóganes, videos, colaboradores y, sobre todo, en las formas. Es muy complicado que pueda ganar alguien que vende pelea y se especializa en zancadillas. La gente acaba por no fiarse de él. Su resultado es el peor de la historia del PSOE. Su renuncia a seguir sería lo más consecuente, aunque por su discurso de anoche da toda la impresión de que quiere continuar. El problema de los socialistas ahora es que se han quedado sin jefe de filas. Zapatero se va y Rubalcaba ha fracasado. Tampoco Patxi López triunfó ayer y ni tan siquiera Chacón lo hizo en Cataluña.

El que ha acertado de lleno ha sido Rajoy. Discurso moderado, mensajes positivos, hombre tranquilo abierto al diálogo vendiendo un cambio que la sociedad estima más que necesario. Rajoy se comportó como el González del 82 y su resultado ha sido parecido a aquél que obtuvo el secretario general de los socialistas. Aunque sabe que ahora viene lo peor. Ganar era difícil, pero levantar el país lo es mucho más. Tras la victoria, hizo anoche una gran alocución, centrada, modulada, prometiendo que va a trabajar para ser el presidente de todos los españoles, no sólo el jefe de filas de su partido. Rajoy ha ganado con claridad porque ha sido mejor y porque sus oponentes lo hicieron fatal durante los años que gobernaron. Nunca el país estuvo peor. Nunca un gobierno fue tan malo. Nunca un presidente se equivocó tanto. Nunca el candidato socialista fue tan mediocre. Nunca España tuvo tanta necesidad de cambio.