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Que el cielo la juzge
Creo en la responsabilidad de nuestros actos más allá de la vida. Quien a otro asesina, atenta contra su propia alma creándose mal karma (una deuda cósmica de proporciones descomunlaes). Nadie debería erigirse en juez supremo y poner en práctica el «diente por diente». ¿Qué hay del perdón? Asimismo, deberíamos considerar que no en todos los casos sabemos quién es víctima y quien culpable: ¿cuál es la verdadera verdad? Las cosas, a veces, no son lo que parecen. Las mujeres deberían aprender a respetarse y no tolerar que nadie las maltrate ni una sola vez. En vez de aguantar, deberían buscar ayuda. Cargarse al otro las pone al nivel moral del matratador. Si se acepta y normaliza, puede que, sabiendo que sale gratis, se ponga de moda «usar modos expeditivos» para solucionar problemas conyugales o, con la excusa del maltrato, quitarse de enmedio a quien estorba. En nombre de los hijos se hacen muchas barbaridades. Por cierto, si el caso fuese al revés: un hombre asesinara a su mujer argumentando que ésta lo sometió a maltratos y vejaciones durante muchos años, ¿sería un jurado popular igual de magnánimo? La respuesta, mi amigo, está en el viento...
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