Antequera

Como Curro en Antequera

La Razón
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Los símiles taurinos siempre vienen al pelo. Se puede quedar tan mal como El Cordobés en Pamplona, como Cagancho en Almagro o tan bien como Curro Romero en Antequera. Aquella goyesca mágica del 20 de agosto de 1998 en la que el Faraón de Camas alternó mano a mano con «Antoñete» y cortó un rabo que le entregó rápidamente a uno de sus banderilleros porque se encontró una garrapata panzona. Y claro, así era normal que el de Camas pusiera aquella cara de repelús, del que se tropieza con un pelo coronando un plato de ensaladilla.
No iba precisamente de Curro Romero esta columna, aunque entiendan que cuando a uno le tocan las debilidades las manos comienzan a coger carrerilla por las ascuas del teclado. De quien iba a hablar es de Arenas, al que envidio profundamente no porque sea presidente del PP-A ni porque haya llevado varias carteras ministeriales, ni siquiera porque en algunos pueblos sigan las vecindonas piropeándole a boca llena. No. Por lo que lo envidio es por tener en su casa un traje que le regaló Curro Romero.
No sé si Arenas estuvo en aquella goyesca antequerana que organizó con éxito el Comandante Dorado para conmemorar el 150 aniversario de la coqueta plaza malagueña. Si no estuvo, se perdió desde luego una de las gordas. De lo que sí creo acordarme es de que el entonces ministro de Trabajo acompañó a Curro Romero, en noviembre de ese año, cuando descubrieron un azulejo en la plaza recordando el lío de la goyesca.
La retahíla anterior viene a cuento de que el Partido Popular va a celebrar hoy en la plaza de toros de Antequera un mitin en el que participará Mariano Rajoy. Y los «peperos» están trabajando a cuatro manos para que el resultado no sea ni el de El Cordobés en Pamplona ni el de Cagancho en Almagro, sino el de Curro en la goyesca. Los políticos y los toreros tienen pocas cosas en común. Una sí. Y es la obsesión de llenar. Llenar velódromos, plazas de toros, salas de conferencias. Lo que sea. Aunque, de entrada, ya comienza a oler un poquito a chamusquina. El PP está dispuesto a meter a 17.000 personas pero, si el coso tiene 8.000 de aforo, ¿de dónde salen las otras 9.000? El Comandante Dorado se hizo célebre aplicando el milagro de los quesos y el agua, como se entere de que en Antequera caben 17.000 tíos...