Un año de cárcel para la mujer que saltó desde un tercer piso con su hija

El fiscal solicitaba para la acusada, Ángela María Serrano Serna, de nacionalidad colombiana, una pena de 16 años de cárcel, 13 años por un delito de asesinato en grado de tentativa y 3 años más por un delito de amenazas, y la defensa solicitó la absolución o la pena mínima.

La acusada aseguró en la vista oral celebrada el pasado día 21 que lo único que quería es que no le quitaran a su hija, como le había amenazado hacer su pareja, que en ningún momento tuvo intención de matar a la pequeña y que si lo hubiera querido hacer hubiera saltado antes de que colocaran las mantas y el sofá.

La sentencia de la magistrada Fátima Ramírez, presidenta de la sección tercera de la Audiencia, condena como autora de un delito de amenazas condicionales y un delito de lesiones en el ámbito familiar en grado de tentativa a un año y tres meses de cárcel respectivamente, y la absuelve del asesinato en grado de tentativa.

Además, le aplica la atenuante de embriaguez, le quita durante dos años la patria potestad de la niña, que se encuentra bajo la tutela de su padre en Italia, y le prohíbe que se acerque a menos de 300 metros de su expareja durante tres años, y durante dos años y tres meses a su hija.

La sentencia considera probado que la noche de los hechos la procesada discutió con su pareja y padre de la menor y para que él se fuera de la casa cogió unas tijeras y las puso en el cuello de la pequeña y amenazó con matarla si no se iba.

El padre de la niña, Giusseppe C., se fue del piso, situado en la tercera planta del número 53 de la calle Méndez Núñez de Figueres (Gerona), pero alertó de lo sucedido a los mossos, que en pocos instantes se presentaron en el inmueble.

La mujer se atrincheró en el piso, colocó cantidad de muebles detrás de la puerta y no contestó a las continuas llamadas de los mossos, según ella "porque le habían caducado los papeles y porque temía que le quitaran a la niña".

La acusada amenazó con saltar por la ventana con la pequeña, y lo hizo cuando bomberos y mossos ya habían colocado en la terraza de la primera planta un sofá cama, mantas y un colchón para amortiguar la posible caída.