De «Invictus» a Mussolini

El otro día paseaba por las calles de Madrid y me quedé mirando el retrato de «Invictus». Cuanto más lo observaba me resultaba más familiar. Tras los pinitos cinematográficos del doctorando Gómez creí que sería el guiño a alguna película. No parece que su gusto en este terreno sea para tenerlo en cuenta, pero a lo mejor sonaba la flauta por casualidad. Y caí en la cuenta que era igual que un famoso retrato del dictador Benito Mussolini, que era también una persona muy preocupada por el culto al físico y la gimnasia. Esa mirada ausente hacia la lejanía como dispuesto a salvar a la «patria» de todo tipo de males. El doctorando no tiene buenos asesores y como candidato es manifiestamente mejorable, aunque es perfecto para Esperanza Aguirre. La inspiración mussoliniana es para que se lo haga mirar. No mira de frente, sino que es huidizo. Gómez no ofrece confianza con esa foto sino más bien la imagen de un político soberbio y arrogante. En lugar de «Invictus» será el pequeño Benito.