Castilla-La Mancha

Hacia una reforma total por Sergio ALONSO

Hacia una reforma total, por Sergio ALONSO
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Ana Pastor, ex ministra de Sanidad y admirada compañera de columna en este suplemento, ha vuelto a dar en el clavo. El Sistema Nacional de Salud está en bancarrota. Podría decirse que hasta casi en quiebra. Todavía aparecen en los cajones facturas impagadas en pesetas y el déficit estimado ronda los 15.000 millones de euros, si no lo supera. Apenas 3.000 millones de euros más que los que dilapidó el Gobierno en los dos absurdos Planes E, que no sirvieron ni para atajar la sangría del paro ni para reflotar la maltrecha economía. Ante este desolador panorama, que empieza a plasmarse en recortes draconianos en autonomías como Cataluña o Castilla-La Mancha, ¿qué cabe hacer? Pues mucho. De entrada, será vital tener un Ministerio de Sanidad con liderazgo ante las comunidades y con interlocución ante Economía, y no un bufón de ambos, como sucede ahora. Después, habrá que rediseñar de arriba a abajo el modelo vigente, porque vista como está la economía, y lo que costará enderezarla, terminará por resquebrajarse.


Nada debe ser tabú, y convendría rescatar el informe Abril Martorell. Como bien apunta Pastor, es preciso cambiar el modelo retributivo para mejorar el sueldo del sanitario comprometido con el sistema público y su trabajo, y penalizar de alguna forma al que no cumpla, porque el sistema vigente no incentiva precisamente la eficiencia laboral ni el sobreesfuerzo. Habrá que cambiar también, de cabo a rabo, la nefasta política farmacéutica del Ejecutivo vigente. Los sacrificios exigidos al sector deben ser compatibles con un horizonte de estabilidad a medio y largo plazo, y a las farmacias hay que darles más papel, aunque eso les suponga más trabajo. Pero sin bajarles los márgenes ni retrasarles los pagos. En este contexto, es obligado también un cambio en la gestión de los centros.