Jubilación

La heroína de la Revolución Naranja

La Razón
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Con su inconfundible trenza rubia en forma de corona, Yulia Timoshenko lideró al pueblo ucraniano contra el fraude electoral en noviembre de 2004. Su carisma y su energía la convirtieron rápidamente en la «Juana de Arco de la Revolución Naranja», el movimiento popular que obligó al presidente Leonid Kuchma a repetir unas elecciones que, según el escrutinio oficial, había ganado el prorruso Viktor Yanukovich. Pero la enemistad entre Timoshenko y Yanukovich había empezado tiempo atrás. Antes de ser elegida diputada en 1998, Timoshenko amasó una inmensa fortuna en la industria gasística, por lo que se ganó el apodo de «princesa del gas». En 1999 el entonces primer ministro, el reformista Viktor Yushchenko, la nombró viceprimera ministra encargada del sector energético, donde Timoshenko trató de poner orden valiéndose de su experiencia. Sin embargo, un año y medio después fue destituida fulminantemente acusada de «fraude, contrabando y evasión fiscal». Coaligada con Yushenko, el otro héroe de la Revolución Naranja, éste le nombró primera ministra en febrero de 2005 y la destituyó nueve meses después, pero volvió a encabezar el Gobierno tras ganar las legislativas de 2007. Trata en 2010 de regresar al poder presentándose a la presidenciales, pero Yanukovich la derrota en medio de acusaciones de pucherazo. Su condena a siete años de cárcel por abuso de poder en octubre de 2011 es interpretada por la oposición y la comunidad internacional como el último ajuste de cuentas de Yanukovich contra su rival más peligrosa.