Desalojan un bastión «okupa» en un edificio de lujo de Barcelona

BARCELONA- Los Mossos d'Esquadra desalojaron sobre las 6.30 horas de ayer el histórico bastión «okupa» de La Rimaia, en el barrio barcelonés del Raval. En el operativo se identificaron a las catorce personas que permanecían en su interior, y detuvieron a una, acusada de delitos de desobediencia y de atentado contra la autoridad. Los agentes cumplieron una orden judicial de desalojo, informaron fuentes de la Policía Autonómica.

Estos «okupas» se habían instalado en este bloque de pisos de lujo desde 2010. El edificio está situado en el número 12 de la ronda de Sant Pau. Este colectivo se autodenomina «Universidad libre de La Rimaia», y tenía la pretensión de autoconstituirse en una especie de centro cultural y social antisistema.

Lanzamiento de objetos
La detenida es Elena M.C., de 32 años, de nacionalidad española, que lanzó objetos contra los agentes que procedieron al desalojo. El resto de identificados quedaron imputados por un delito de ocupación de bienes inmuebles.

En el interior del edificio, los agentes localizaron y decomisaron material susceptible de ser utilizado en actos de violencia urbana. Entre otros objetos, los Mossos hallaron cascos, bates de béisbol, elementos de autodefensa y protección (guantes de boxeo, rodilleras....) y utensilios parecidos a tirachinas.

Durante el desalojo, unas 60 personas mostraron su apoyo a los «okupas», concentrándose ante el edificio, lo que provocó que se tuviera que cortar en diversas ocasiones la ronda de Sant Pau. No obstante, no hubo mayores incidentes, señalaron fuentes de los Mossos.
Sobre las 11.00 horas, una vez finalizado el desalojo por parte de los agentes, los Mossos procedieron a devolver el inmueble a su legítimo propietario, que encargó a una brigada de obras los trabajos para asegurar, recuperar y mejorar los accesos al edificio.

El mismo colectivo de La Rimaia ya fue desalojado en 2010 de otro edificio, situado en la Gran Vía de Barcelona. Este asunto fue aprovechado por los abogados de los «okupas», que señalaron que la operación de ayer fue un «error legal», y se escudaron en la excusa de que, a su juicio, la orden de desalojo se correspondía a una «okupación» anterior del mismo inmueble.
En 2009, otro grupo de personas «okupó» este edificio, lo que provocó una denuncia del propietario. Con varios recursos, el proceso se ralentizó, hecho que dio tiempo a que el bloque fuera abandonado y «okupado» de nuevo. Finalmente, el 12 de enero de este año el juez dictó un auto para que la causa –el desalojo– tirara adelante, lo que derivó en la operación de ayer, por lo que no existe error judicial alguno. Este inmueble estaba considerado como uno de los grandes feudos «okupa» de Barcelona.