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El primer traspié por Toni Bolaño

La Razón
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A Artur Mas ha lanzado su reto soberanista y ha convocado elecciones para hacerse con una mayoría absoluta con dos objetivos: marcar los tiempos en su proyecto soberanista y aprobar sin problemas unos presupuestos plagados de recortes lesivos para los ciudadanos, para los que difícilmente encontrará apoyos externos. A la vista de la encuesta, no le hacían tantas alforjas para este viaje.
CiU gana las elecciones con una cómoda ventaja pero el mapa político no experimenta grandes cambios. Los socialistas pierden ímpetu envueltos en una crisis sin solución de continuidad pero seguirán siendo el principal partido de la oposición. El Partido Popular sube pero no consigue su anhelado «sorpasso» sobre los socialistas. Esquerra, noqueada hace dos años, recupera el aliento gracias a la campaña del propio Mas y los ecosocialistas aumentan su presencia recogiendo parte del desencanto socialista. Ciutadans mantiene posiciones, Solidaritat se queda sin su parte del pastel independentista y entra un partido xenófobo.
Seguramente, los teóricos del nacionalismo empezarán a hacer cábalas para explicar que los partidarios del referéndum secesionista y de la autodeterminación son mayoría –de hecho ya lo son ahora- para minimizar el fracaso de Mas. Quedan dos meses para las elecciones, pero el presidente empieza con un traspié. Tengan en cuenta que la encuesta se ha realizado en pleno «subidón» soberanista, después de la manifestación del 11-S y coincidiendo con el debate soberanista en el Parlament. O sea, se ha hecho en un momento dulce para Mas, con su electorado agitado y decidido.
Hoy, las calculadoras sacarán humo ante el sinfín de sondeos demoscópicos que publica la prensa. El nuestro no es el único. Habrá que analizarlos con atención porque si ninguno apunta la mayoría absoluta, tendremos que concluir que Mas ha caído en su propia trampa. Ha llenado las alforjas con demasiadas piedras.