Literatura

Castilla y León

«La obstinación del almendro» reúne recuerdos dispersos de Jiménez Lozano

Valladolid- La endeble consistencia del ser humano y la realidad mundana, siempre al borde del precipicio, sobrevuelan envueltas en melancolía las páginas de «La obstinación del almendro» (Sibirina Edición Es), el último libro del narrador, ensayista y Premio Cervantes, José Jiménez Lozano, de 82 años.

Como el almendro, nuncio efímero pero contumaz de la primavera, la poesía utiliza «el fulgor de la belleza», asegura Jiménez Lozano, de 82 años, para recordar al hombre la fragilidad de su sustancia, la transitoriedad de su paso por la tierra y la relatividad de su huella.

«De otro modo, sin su ayuda, la de la poesía, la mayoría de los hombres sólo se percataría de todo eso un cuarto de hora antes de morirse», señala el Premio Cervantes en uno de los veintisiete textos reunidos en la obra. Algunos de ellos inéditos, otros reescritos y otros liberados del formato de artículo en el que fueron concebidos.

Este libro, que inaugura una nueva editorial gestada en Zaragoza por un grupo de catedráticos universitarios, consiste en «recuerdos o evocaciones de lugares, esperanzas y melancolías escritas que estaban desperdigadas», y que ahora se ofrecen tanto a la benevolencia como a la compañía del lector, según el prólogo de la obra.

El canto de las alondras en junio, la umbría acogedora de las casas de adobe en la canícula, el ruido del cántaro que rebosa en el caño, los ojos de los bueyes y el vuelo de una garza son algunos de esos «fulgores» que Jiménez Lozano refleja en sus escritos y remiten a la «armonía y justeza» donde para Sören Kierkegaard, uno de sus pensadores predilectos, descansaba el concepto de melancolía. Todos los textos recuperados, aunque breves, acusan al mismo tiempo un trasfondo de ensayo, deslumbran con evocaciones líricas de corte crítico aunque nostálgico, y mezclan con frecuencia alusiones de índole histórica y filosófica.