San Petersburgo

El Prado-Hermitage: diálogo de colosos

Es un relato de la historia del arte, desde el siglo V. a de C. hasta el siglo XX. Una síntesis de corrientes, de estilos, de tradiciones, de pintores y de orfebres. Y, también, una conversación única entre dos colosos: El Prado y el Hermitage.

Un visitante contempla la obra «Composición VI», de Kandinsky, una de las grandes piezas que se exhiben en Madrid
Un visitante contempla la obra «Composición VI», de Kandinsky, una de las grandes piezas que se exhiben en Madridlarazon

El museo ruso ha seleccionado 180 obras maestras de sus fondos para enseñarlas, en una muestra sin precedentes, en Madrid. El resultado es un diálogo entre dos colecciones imponentes. El visitante podrá contemplar «El almuerzo», un Velázquez temprano, de primera época, que completa la galería de obras que conserva en sus salas la pinacoteca madrileña. Pero, también, puede verse un «San Sebastián» de Tiziano (y que se considera la última tela que pintó), que enriquece la visión de este artista, muy bien representado en el edificio de Villanueva.

Una difícil síntesis
Mientras «El tañedor de Laúd», el único Caravaggio que existe en Rusia, tiende puentes, se reencuentra con la pieza que este mismo pintor tiene en El Prado y se puede ver la influencia que su innovadora maestría de claroscuros y gusto por el naturalismo, tan polémicos en su tiempo, ejerció sobre la pintura española (en la muestra puede apreciarse a través de las dos obras que le acompañan: el citado «El almuerzo», de Velázquez, y «San Sebastián curado por las santas mujeres», de José de Ribera). «Es como intentar resumir "El Quijote"o "Guerra y paz"en unos pocos folios». Así definió Miguel Zugaza, el director del Museo del Prado, el titánico esfuerzo de sintetizar en un puñado de piezas una de las colecciones más impresionantes que existen en el mundo. La muestra, patrocinada por Acción Cultural Española (AC/E) y la Fundación BBVA, es un paseo por todas las disciplinas del arte. Ahí está orfebrería, con una pieza de Fabergé, «Ramo de acianos en un jarrón»; la escultura, con Antonio Canova y su interpretación de María Magdalena; el oro de los escitas (con el impresionante «Peina con escena de batalla» ; el oro de los griegos (con «Diadema con nudo de Hércules»), además de la colección de pintura que abarca el dibujo (Durero, Watteau), la pintura clásica (con Veronese, Rembrandt, Rubens, Van Dyck y Frans Hals, entre otros) y el arte de las vanguardias. Ahí está Matisse («La conversación»), Picasso («Mujer sentada», «Niño con perro», «La bebedora de absenta») y Kandinsky («Composición VI»).

 

Un récord de visitas
La exposición «El Prado en el Hermitage» fue visitada en San Petersburgo por cerca de 500.000 personas. Y el catálogo se reeditó varias veces. Miguel Zugaza, director del Prado, reconoció ayer que desconoce si en Madrid se romperá alguna estadística con la exposición que se inaugura el martes. Motivos, desde luego, hay.