Castilla-La Mancha

Una orquesta afinada

La Razón
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Los presidentes autonómicos protagonizaron ayer la segunda jornada de la convención programática del PP y expusieron el aval de lo que están haciendo en sus comunidades como aval de lo que ese partido hará en el futuro, si el 20-N gana las elecciones. La secretaria general, en su doble condición de número dos del partido y presidenta de comunidad, refirió a las recetas económicas que se ha visto obligada a aplicar nada más llegar al gobierno de Castilla-La Mancha, con el fin de mitigar el descalabro económico de la herencia recibida. Estuvo cariñosa y aduladora con su «jefe», algo habitual en ella también en otros tiempos en que muchos de los que hoy se arriman a Mariano Rajoy lo criticaban sin piedad. Y es que, ante la posible victoria del 20-N han aparecido algunos ex detractores con el deseo de que quienes sufrieron sus diatribas sufran amnesia. Más o menos, la misma desmemoria generalizada de los españoles a la que, según Cospedal, aspira Rubalcaba. Y es que en este PP con aires de triunfador, las diferencias, rencillas y el fuego amigo han desaparecido, algo habitual en rachas de éxito. En cualquier caso, ayer sonaba como una orquesta perfectamente afinada cuya música transmitía al unísono la necesidad de ser austero en el manejo del dinero público, de crear empleo y de crecer económicamente. Un cambio radical que ya ha empezado en las comunidades autónomas gobernadas por los «populares» y que puede extenderse a todo el país, en una acción coordinada de ayuntamientos, autonomías y Gobierno de la nación, si el PP triunfa dentro de 43 días.