África

Jartum

África se prepara para acoger a su país número 54

Este domingo, Sudán del Sur, de población cristiana, celebrará un referéndum de independencia sobre el Norte, de credo islámico 

Mujeres sursudanesas se preparan en cola para recibir alimentos
Mujeres sursudanesas se preparan en cola para recibir alimentoslarazon

La cuenta atrás para la celebración del referéndum de independencia de la región semiautónoma de Sudán del Sur o Meridional, el próximo 9 de enero, ha empezado. Sudán es el país más extenso de África, castigado por una pobreza crónica a pesar de su riqueza en recursos naturales y por un largo historial de conflictos. Las guerras entre el Norte, islámico, y el Sur, cristiano y animista, han costado dos millones y medio de muertos, cuatro millones de desplazados y un millón de exiliados.

La firma del Acuerdo General de Paz (CPA, por sus siglas inglesas) en 2005 terminó con las hostilidades y puso la primera piedra para una paz duradera. El CPA convino la creación de un Gobierno de Unidad Nacional compuesto por el Partido del Congreso Nacional (NCP, en inglés) con sede en Jartum y por el Movimiento de Liberación Popular de Sudán (SPLM) establecido en Juba, la capital de Sudán Meridional.

Una vez superado el periodo provisional de seis años y seis meses, el acuerdo disponía la celebración de un referéndum de independencia en la región semiautónoma del sur. El «impasse» culmina este 9 de enero, fecha de la consulta. En el caso de que el «sí» recabe el 60% de los votos (requisito indispensable para validar el resultado), Sudán del Sur se convertirá en el país número 54 de África, con una superficie de 600.000 kilómetros cuadrados; esto es, el tamaño de la Península Ibérica.

El presidente sudanés, Omar Hasan Al Bashir, sobre el que pesa una orden de arresto de la CPI por genocidio y crímenes contra la humanidad, se ha mostrado dispuesto a ayudar a sus «hermanos del sur» y ha asegurado que será «el primero en reconocer la independencia».

Sin embargo, el abogado sudanés pro derechos humanos, Ali Agab, denuncia en una entrevista con LA RAZÓN las maniobras de las autoridades islámicas para impedir «un referéndum transparente». Pone como ejemplo las restricciones impuestas por el Gobierno del NCP a los sureños afincados en el Norte para participar en la votación del domingo. También señala la presión que ejercen las fuerzas de seguridad leales Bashir sobre los electores.

La periodista de la revista española «Mundo Negro», África González Gómez, añade que el cálculo del censo de los sureños residentes en el norte puede ser otra fuente de problemas. Juba estima en 1,5 millones la minoría sureña, mientras que Jartum dice que son entre 2,5 y 5 millones. El SPLM teme que este desfase sirva para crear votos fantasma a favor de la unidad pues, probablemente, la minoría sursudanesa asimilada entre la población islámica se inclinará por la reconciliación nacional.

El estatus de Abyei y el petróleo
Pese a las trabas, la reportera de «Mundo Negro» sostiene que la percepción entre los cristianos es de victoria. Aun así, los sursudaneses son conscientes de que las disputas no desparecerán tras la consulta. Todavía quedan asuntos espinosos por resolver. El estatus de la provincia de Abyei que contiene los principales yacimientos de petróleo compromete el futuro del territorio.

La mayoría de las reservas de oro negro se encuentran en el sur, mientras que la infraestructura para su exportación está en el norte. También quedaría pendiente de decisión la anexión de Montes Nuba y Nilo Azul. ¿Por qué el Sur quiere la independencia? Ali Agab responde tajante: «Es una cuestión de libertad». La implantación más restrictiva de la Sharia (Ley Islámica) en Jartum niega la diversidad cultural e impide la convivencia pacífica.