Nueva York

El cuaderno perdido de Robert Capa

El Círculo de Bellas Artes de Madrid inaugura una exposición dedicada a Robert Capa y Gerda Taro. Se hace hincapié en el miliciano y en un cuaderno hoy desaparecido en el que habría una prueba del contacto del negativo original de Cerro Muriano. 

Reconstrucción. En la imagen superior se ve la secuencia del negativo que Robert Capa sacó, en teoría, en Cerro Muriano (ahora se dice que fue en Espejo). Al final el miliciano y, al lado, otros soldados también caídos
Reconstrucción. En la imagen superior se ve la secuencia del negativo que Robert Capa sacó, en teoría, en Cerro Muriano (ahora se dice que fue en Espejo). Al final el miliciano y, al lado, otros soldados también caídoslarazon

Robert Capa no era un hombre prudente ni en el frente ni tampoco en la retaguardia. Sin embargo, su ayudante de París sí debía serlo y le guardaba pruebas de contacto de los negativos que él enviaba desde diferentes lugares de España. Su agencia solía cortar los negativos y repartir el material original entre las diferentes publicaciones y revistas para las que trabajaba el atractivo fotógrafo húngaro y su célebre compañera, Gerda Taro. Robert Capa solía recoger esos contactos de los negativos posteriormente, cuando regresaba a París, y confeccionaba unos cuadernos con anotaciones manuscritas que precisaban el lugar y la fecha donde había realizado cada uno de esos trabajos. Estas libretas se convirtieron en la bitácora que refleja de la manera más fidedigna y cercana la trayectoria y la secuencia de los hechos que Rober Capa presenció durante toda su carrera. En la actualidad se conservan varios de ellos. «Uno está en Nueva York, en el International Center of Photography, que también incluye algunas imágenes de Gerda Taro; los otros siete se conservan en el Archivo Nacional de París. Había más, pero, lamentablemente, han desaparecido. No todas las historias que él tomaba estaban en esas páginas», comenta Cynthia Young, una de las comisarias de la exposición «¡Esto es la guerra!» que ayer inauguró el Círculo de Bellas Artes de Madrid y que reúne los momentos cruciales de la trayectoria de Robert Capa y de Gerda Taro, su amante, compañera leal y con talento, que lo acompañó a España y murió en la batalla de Brunete con apenas dos años como fotógrafa y justo en el momento en que su genio comenzaba a despuntar. En una de esas libretas que se han perdido en las habituales idas y venidas de la historia del siglo XX estaría la copia del negativo que contaría, en realidad, lo que ocurrió en Cerro Muriano –si todavía se acepta que la foto del miliciano fue tomaba en ese lugar. Ya se ha demostrado que la historia oficial no es la cierta, y que las imágenes se captaron en Espejo y no ahí–. Secuencia completaLa muestra es una buena oportunidad para reconstruir parte de la película que incluía «Muerte de un miliciano». Se han reunido copias en papel de los fotogramas que todavía se conservan y se han organizado de la manera más apropiada para enseñar a los visitantes la secuencia de los acontecimientos. «Él nunca solía hablar de las imágenes que obtenía. Ni siquiera en las cartas que enviaba a sus amigos o familiares hablaba de ellas, sino de la ropa o de los problemas que padecía en esos momentos. Lo cierto es que las respuestas que Capa dio a este respecto no son demasiado satisfactorias y no han ayudado a esclarecer demasiadas cosas. En realidad, el cuaderno que recogería el negativo completo de Cerro Muriano se ha perdido», reconoció Young. Si un día apareciera esta prueba, que estaría sin manipular, sin recortar y con las anotaciones originales –y Capa nunca fue profuso en aportar detalles concretos alrededor de los reportajes que acometía–, el misterio que envuelve a la foto más famosa de la Guerra Civil quedaría aclarado definitivamente. Lo que el visitante observa en la sala es una reconstrucción de lo que pudo ser aquella secuencia original. Pero al estar la película troceada y, en parte, extraviada, no es más que una conjetura lo más lógica y ajustada posible. Es curioso observar que después de la instantánea del «miliciano», con el brazo derecho extendido y el cuerpo inclinado hacia atrás y expuesto al cielo abiero, aparecen en el mismo sitio y lugar, y a continuación, otros soldados republicanos con la postura que, en teoría, reflejarían los combatientes que han sido abatidos por el enemigo. Esto daría la idea, como se ha remarcado con anterioridad en este diario, de que es una escenificación más que una batalla real. «Lo que Capa contó es que un soldado, de repente, fue disparado», explica con prudencia Young. De hecho, en Cerro Muriano murió un combatiente. Pero, según relatan algunas personas contemporáneas de esos días, cayó detrás de un árbol ,y en estas fotos de Robert Capa no se ve ninguno. Ni siquiera, de hecho, es Cerro Muriano. Además, según esta reconstrucción, hay al menos tres soldados diferentes simulando que han sido disparados por los nacionales. ¿Cómo puede ser? La polémica, de momento, continúa abierta. «La hizo -aclara Young- y al poco tiempo era famosa. Se usó como un icono. Es la fotografía que descubrió al mundo la Guerra Civil española».

 

Dónde: Sala Goya del Círculo de Bellas Artes de Madrid.Cuándo: hasta el 5 de septiembre.Entrada: gratuita