Ciclismo

Pamplona

Por ti Xavi

 Vasili Kiryienka se exhibe en la última gran etapa de montaña con final en Sestriere al fugarse de inicio, marcharse solo en el Finestre y elevar al cielo, a Tondo, el triunfo

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Sestriere- Vasili Kiryienka, 29 años que agotan sus días, pues sobrepasará la barrera de la treintena el mes que viene, es un hombre duro, frío y seco. Cambiar de cifra es para todo ser humano sinónimo de depresión. A él le trae sensaciones nuevas, sentimientos encontrados. Sonríe porque la vida le ilumina, como un rayo de sol constante en sus piernas, tenaz rigidez, pero lleva el dolor dentro, por eso pocas veces llena su cara con una mueca feliz. Por eso, cuando corre parece flemático, inexpresivo. Ni una muestra de debilidad pero tampoco de fortaleza en miradas o carantoñas. Es del frío Oriente, adusto Kiryienka. Está acostumbrado a hacer las cosas difíciles. Viene de la pista, de la velocidad, pero le gustan las montañas, pedalear solo, nada de esprines. Ganó el Mundial de Pista pero, dice, fue "el de puntuación". Se quita méritos. En Sestriere también, porque pedaleaba con doble fuerza. Eran cuatro piernas las que impulsaban la Pinarello del Movistar vencedor: Las suyas, las de la consistencia, y las de Xavi Tondo, la ilusión y la dedicatoria.

Cerró los ojos Kiryienka al llegar arriba, "porque no quería ver". La emoción contenida en dos dedos que se alzaron al cielo, desde donde vigila Xavi. Todo después de estirar el maillot para que el azul Movistar destacara sobre la estación de esquí italiana. El equipo es lo primero. "Nos quedamos en este Giro para hacer lo que yo he conseguido hoy, dedicarle una victoria a Xavi. Era una persona a la que le gustaba esta vida, el ciclismo, le gustaba sufrir, y también ganar". Igual que a él. Kiryienka es un obrero estoico del ciclismo. Vive en Pamplona desde hace tres años y va a Bielorrusia en coche, nada de aviones. Así puede cargarlo con regalos y jamón para llevar a su familia. 3.500 kilómetros de carretera. Le atraen las adversidades.

Gana igual. Con un ataque lejano, una fuga en la primera hora de carrera con una veintena de ciclistas, él es más fuerte. El más raudo a demostrar en el Finestre, sólo se quedó por esa inercia que otorga la naturaleza al más fuerte en el último gran coloso del infernal Giro que Contador se anotará hoy, sin problemas. Más de cinco minutos sobre el segundo, Scarponi y sobrepasando la media decena con Nibali, que llegó hundido a la meta donde Kiryienka elevó al cielo su triunfo.

 

 

 

Paseo triunfal de Contador en Milán
La crono, modificada a última hora se la tomará como "un día para disfrutar"

Siete finales en alto, más de 3.500 kilómetros sobre la bicicleta y otros tantos de traslados bien merecen una buenas celebración. Alberto Contador afrontará con absoluta tranquilidad la contrarreloj que cierra hoy el Giro de Italia gracias a su holgada ventaja en la general. "No me la quiero jugar, no voy a tomar ninguna curva de forma peligrosa". Es el principal favorito para anotarse el triunfo de etapa, que sería la tercera tras el Etna y el Nevegal pero asegura que "quiero tomármelo como un día para disfrutar". El esfuerzo será menor, pues el recorrido de la crono ha recortado cuatro kilómetros saldrá de la Feria milanesa y no desde el Castello Sforzesco, pleno centro, para dejar más liberado el centro en el domingo de elecciones municipales. La llegada será en la magnífica plaza del Duomo.