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José Montilla: «El pacto fiscal de Mas se salta el Estatut»

DE CERCAJosé Montilla (Iznájar, 1955), el «altre català» que con 16 años emigró de Andalucía, nos recibe en su despacho de la Diagonal, donde tiene la oficina que le corresponde por haber sido presidente de la Generalitat. Nos cuenta que sigue «trabajando por el país», ahora con el traje de senador como presidente del grupo de la Entesa.

José Montilla: «El pacto fiscal de Mas se salta el Estatut»
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– Con su experiencia como presidente de la Generalitat, ¿cómo ve que el gobierno de Artur Mas acabe recurriendo al fondo de liquidez estatal para poder financiarse?
– Sin acceso a otras vías de financiación es lógico que las Comunidades Autónomas acudan a este mecanismo creado recientemente, y Cataluña también. Yo sería más partidario de los «hispabonos», ya que también defiendo los «eurobonos» para Europa.

– ¿Ve la luz al final del túnel porque en una entrevista de 2010 decía que lo peor de la crisis había pasado?
– Eso parecía, según decían los analistas y los estudios. De hecho, en 2011 la economía española incluso creció un 0,7 por ciento. Pero, a partir del segundo semestre de ese año, las cosas se volvieron a torcer y ahora arrastramos el grave problema de la deuda soberana.

– Mas dice que si Cataluña tuviera el pacto fiscal saldría de la crisis y no pediría dinero.
– Las cosas no son tan simples como tener la llave de la caja. No hay soluciones milagrosas para salir de la crisis, depende de muchos más factores, aunque eso no quiere decir que no sea necesario, cuando toque, y tocará el año que viene, abordar la negociación del nuevo sistema de financiación para Cataluña, que ha de mejorar los recursos de la Generalitat. Otra cosa es pensar que eso es la gran panacea y solucionará la crisis.

– ¿El pacto fiscal de Mas ha empujado al PSC a hacer demasiados equilibrios?
– Cada partido tiene su propuesta, aunque todos coinciden en que toca revisar el modelo, como dicen la Lofca y el Estatut. Y la revisión debería de reducir el déficit fiscal existente y mejorar la financiación de Cataluña.

– Ustedes defienden que la llave de la caja la tenga un consorcio Gobierno-Generalitat y no sólo Cataluña. ¿Por qué?
– Defendemos, y es lo que figura en el Estatut que votaron los catalanes, un consorcio entre la Agencia Tributaria del Estado y la Agencia Tributaria de Cataluña.

– ¿Entiende que Artur Mas está dejando en papel mojado el Estatut?
– Está dejando de lado una parte de lo que dice el Estatut y por eso hay propuestas que tienen difícil viabilidad, porque se saltan la norma básica de la que nos dotamos y que votó el pueblo de Cataluña.

– Visto lo visto, ¿ya ha caducado este Estatut?
– Las normas no son de usar y tirar. Al margen de de la voluntad del pueblo catalán de autogobernarse, Cataluña tiene instrumentos para defender su autogobierno, el Estatut y la Constitución.

– El primer secretario del PSC, Pere Navarro, emplaza al PSOE a defender un modelo de financiación generalizable a otras Comunidades Autónomas. ¿La negociación del pacto fiscal puede complicar la relación del PSC con el PSOE?
– La familia socialista es plural y cada uno tiende a defender lo global, pero también lo particular.

– Cuando Mariano Rajoy presentó en el Congreso la nueva tanda de recortes, Alfredo Pérez-Rubalcaba apostó por una oposición moderada. ¿La receta para salir de la crisis es recortar?
– El PP tiene un problema y es que no está haciendo lo que dijo a los ciudadanos que haría con las pensiones, sanidad, educación o el sueldo de los funcionarios… Es evidente que sólo con recortes no se sale de la crisis.
Además, una parte de las iniciativas necesarias corresponde a Europa, donde se da una crisis de liderazgo, un incremento de los nacionalismos y una falta de generosidad tremenda por parte de unos líderes que miran más sus intereses electorales a corto plazo que el proyecto europeo a largo plazo.

– ¿Qué alternativas hay ahora a los recortes?
– Los recortes provocan una espiral que ya estamos viendo hacia dónde conduce. Hacen falta políticas de estímulo y una parte de las políticas de estímulo necesitan el concurso europeo. Pero estas políticas no son posibles si tenemos la presión que tenemos sobre la deuda soberana. Para eso es necesario que Europa se convierta en una institución que defiende su moneda no sólo de boquilla sino con medidas. Europa está en una encrucijada y o da un paso adelante o la existencia de la Unión Europea estará comprometida.

– Para defender su política de recortes, el Gobierno se queja de la herencia socialista, un argumento que también utiliza por activa y por pasiva Artur Mas en Cataluña.
– El tiempo al final acaba desmintiendo estas afirmaciones. Todo el mundo hereda una situación. El problema es que la situación está ahora peor que hace siete meses en España y que hace año y medio en Cataluña, porque PP y CiU llegaron con unas recetas que servían para cuando estaban en la oposición, pero se ha demostrado que no funcionan cuando están gobernando.

– De su herencia como 128 presidente de la Generalitat, admite que de lo que más orgulloso está es de haber construido hospitales, kilómetros de metro, autopistas ...
– Y escuelas.

– ¿No cree que se gastó más de lo que se podía?
– Se hizo lo que se tenía que hacer en aquel contexto. En 2007, llegamos a estar en el 6,6 por ciento de paro histórico, por debajo incluso del objetivo del Tratado de Lisboa. Además, Cataluña crecía en población y no teníamos más remedio que hacer escuelas y hospitales. A veces, la gente olvida que Cataluña creció en más de un millón de habitantes en muy poco tiempo.

– Pero ¿cómo se llega a 42.000 millones de deuda?
– Hay deuda acumulada desde 1980. El aumento del endeudamiento interanual de Cataluña subió en el periodo 2007-2010 un 10,6 por ciento, la media de las Comunidades Autónomas, y menos que Madrid, La Rioja, Valencia o Castilla La Mancha, por citar algunas.

– Se hicieron muchas inversiones, pero ahora hay obras, como la Línea 9 del metro, que están paradas.
– La Línea 9 y el canal Segarra-Garrigues, los dos proyectos más caros, son obras que adjudicó el último gobierno de Jordi Pujol en los últimos meses deprisa y corriendo. Nosotros corregimos y ejecutamos ambos proyectos. Ahora hay obras en que se ha ralentizado su ejecución y es normal, ya lo empezamos a hacer nosotros cuando comenzó la crisis en 2008.

– Con una legislatura plenamente marcada por la crisis y en pleno debate sobre la reforma de algunas instituciones, ¿toca abordar el debate del Senado?
– La reforma del Senado es una asignatura pendiente, que se ha abordado en algunas legislaturas sin llegar a buen puerto y parece que en ésta puede h aber una posibilidad. En menos de una año, la ponencia presentará una propuesta de reforma para que el Senado pueda ser realmente una cámara territorial que no se limite a tener un papel de segunda lectura o de enfriamiento de las leyes, y de control del Gobierno, y pueda tener una representación y unas funciones más acordes con el estado de las autonomías.

– ¿Sobran niveles administrativos?
– Sé que es un debate que hay hoy pero es falso. No estoy diciendo que no se tengan que hacer esfuerzos de austeridad, pero España no tiene más administraciones ni más funcionarios o trabajadores públicos por habitante de los que tienen la mayoría de países de la Unión Europea. Lo que hay que hacer es un esfuerzo para ser más productivos.

– Al margen de que ahora se haya abierto el debate del pacto fiscal, ¿cómo son las relaciones del PSC con el PSOE, tras el congreso en el que Rubalcaba se impuso por la mínima a Carme Chacón?
– Cordiales, aunque no por ello exentas de problemas y tensiones.

– Sin embargo, continúan sin votar distinto en el Congreso.
– Éste es un tema que obsesiona a otros. Siempre hemos actuado y votado pensando en los intereses de Cataluña y del PSC, no estamos para trabajar para otras formaciones políticas.

– Las encuestas reflejan que ni PSC ni PSOE levantan cabeza después de sus congresos. En el caso del PSC, ¿falta definir un proyecto?
– Las encuestas reflejan, tanto a nivel catalán como español, un desgaste del partido que gobierna y de ese desgaste no se benefician los socialistas ni en España ni en Cataluña. Los ciudadanos nos asocian todavía a la gestión de gobierno y nos penalizan por la gestión que hicimos. Debemos trabajar haciendo oposición, una oposición dura pero leal y que configure una alternativa con propuestas positivas y constructivas.

– En el PSC se han pronunciado corrientes internas como «Avancem!», que lidera Joan Ignasi Elena, o la apuesta de una alianza catalana de progreso que abanderan la eurodiputada Maria Badia y el diputado Daniel Font, ¿el congreso se cerró en falso?
– El éxito del PSC, además de uno de sus atractivos, es precisamente su pluralidad y capacidad de saber representar sensibilidades diferentes dentro del espacio socialista, catalanista y federalista. Lo que ahora hay no es más que la expresión de la pluralidad positiva. Los partidos grandes son partidos plurales y precisamente la pluralidad del PSC es su riqueza. No podemos ser un partido de clones.

– ¿El PSC lo tiene difícil para ganar peso en Madrid?
– La razón de ser del PSC es Cataluña y cómo servir y representar de la mejor manera a los catalanes, especialmente a los sectores más populares, y eso es necesario hacerlo en las instituciones catalanas y en las españolas. ¿Cómo? Sumando esfuerzos e influyendo en la familia socialista, unas veces con más éxito y otras con menos.

– Como ex primer secretario del PSC y ex presidente de la Generalitat, ¿influirá en las próximas primarias del PSC para decir quién será el candidato a las autonómicas?
– Las primarias no están ni siquiera convocadas porque las elecciones catalanas tampoco van a ser mañana. Respeto a las personas, de dentro del partido, que han dicho que si hay primarias estudiarán presentarse. Están en su derecho, pero aún queda mucho.

– ¿Sería bueno que el candidato fuera el primer secretario del PSC, Pere Navarro?
– Tendrían que preguntárselo a Pere Navarro. Hay veces que el candidato ha sido el primer secretario y hay veces que no. En el PSC tenemos de todo.

 

«Eurovegas no me llena de satisfacción»
No fue el gobierno de Artur Mas sino el tripartito de José Montilla quien se reunió por primera vez con el magnate del juego Sheldon Adelson, interesado en construir el proyecto de Eurovegas en Cataluña. Fue «en junio de 2008», recuerda Montilla, y aunque Adelson se apuntó en la agenda que tendría otra reunión con la Generalitat, el encuetro nunca llegó a producirse. En septiembre de 2008, cayó Lehman Brothers y con él las acciones de las empresas de Adelson. «Bastantes problemas tendría como para preocuparse por su proyecto de Eurovegas», supone el ex presidente. Ahora, que la iniciativa vuelve a estar sobre la mesa de la Generalitat, Montilla admite que Eurovegas «no me llena de satisfacción». Comprende que el Govern de Cataluña, en un momento de crisis como el que vivimos, analice todas las posibilidades de inversión, pero advierte de que un proyecto de estas características puede hipotecar una parte del parque agrario del Baix Llobregat, que «algunos ayudamos a hacer posible en su momento», añade. He aquí la cuestión.