Ana Belén
La ex de Bono supera «dos años de desierto» por Jesús Mariñas
Para muchos fue un fallo imperdonable, Ana Obregón no tiene justificación. No puede faltar en un acto así, con 1.000 comensales y una rifa espléndida, minutos antes. Las críticas sobre su espantada en el último momento para co-presentar el acto del 50 aniversario de Mensajeros de la Paz con Belinda Washington, no dejaron de repetirse. Quienes la aprecian, la disculpaban con el pretexto de que son «cosas de Anita», aunque lo cierto es que no acababan de creerlo.
Fue tan inexplicable como el silencio de Rouco que debía presidir la conmemorativa misa matutina en Los Jerónimos. Lo invitaron insistentemente pero no fue posible. El Cardenal Madariaga estuvo en todo. Dio la callada por respuesta y acabó oficiando el acto que superaba los ideales benefactores de Vicente Ferrer. «Tenemos la suerte de contar con él entre nosotros», reconocían Marcelino Oreja e Inma Ansón ante una concurrencia excepcional: desde Raphael y Natalia, que tutelaron a Ana Rodríguez (es ya una más de la familia), a Laura Valenzuela y Ana Abelló, siempre exquisita bajo un dos piezas de pantalón azul noche. Volvía del continente africano en el que cuenta con una obra social en catorce países. «Otra incansable en hacer el bien», exaltaban ante Remedios Cervantes, más atractiva a sus 48 años que cuando fue Miss España. Ana Belén y Víctor Manuel se sumaron a la causa que este año mereció el Príncipe de Asturias. Resultó extrañó no ver a nadie de la Familia Real, aunque Don Juan Carlos y DoñaSofía encabezaban la convocatoria en la que Pepe Ruíz reconoció que «a mí no me llamó Moreno para la nueva etapa de ‘‘Escenas de matrimonio'' y Marisa Porcel lo rechazó escarmentada de lo anterior». Él sabrá.
Pedro Trapote se encuentra de celebración tras la apertura de su churrería de San Ginés en el corazón de Shanghay. «Ya tenía otra en Tokio», subrayó Luis&Tachi, mientras Begoña García Vaquero contaba excelencias de cómo se entienden su hermana Mar y Felipe González. Felicité a Ana, la ex de Bono, estilosa bajo una túnica negra y siempre acompañada por Natalia y Raphael. No le quitaron ojo como Cary Lapique a su hija Carla, que alarga estancia en Madrid «porque aún tengo dos apariciones más para las joyas que anuncio». «Cary iba vestida como si fuera a una boda», comentó el corrillo ante Lina Morgan, entusiasta del Padre Ángel.
Juan José Lucas y Mayor Zaragoza fueron los primeros en llegar, con una puntualidad casi diplomática. También se encontraban allí Borja y Blanca Cuesta, su visita impactó a los asistentes, ya que muy pronto serán padres por tercera vez. «Lo importante es que venga bien», me dijo el hijo único de Tita, mantenedor del conflicto familiar. «Y que venga en paz», apostillé. Ansío una pipa de la paz entre madre e hijo. Algo que parece impensable entre Bono y su ex. Ana estaba reluciente. El amor avivó sus ojos. «Después de dos años de desierto, ya me tocaba», reconoció como liberada.
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