Viña del Mar
Lucía Pérez: «No me quita el sueño quedar la última»
Hoy subirá con sus bailarines y coristas al escenario del Esprit Arena de Düsselsdorf para el primero de los ensayos generales de la gran final de Eurovisión que se celebra mañana. Y lo hará con alguno de los amuletos que se ha llevado de Galicia: una camiseta de La Roja y una herradura.
A pocas horas de jugársela en el añejo festival, no se la ve nerviosa. Y es que parece haberse metido en vena el título de su canción, «Que me quiten lo bailao».
–¿Siente la presión de la experiencia eurovisiva?
–Mi objetivo era disfrutar cada momento y lo estoy consiguiendo. Estoy pasándolo estupendamente y los ensayos han ido sobre ruedas. Los días son largos y apenas tengo tiempo para comer, es un sin parar, por eso lo que estoy intentando es descansar bien.
–En los ensayos, se le ha visto dueña y señora del escenario...
–Aunque el estadio es un espacio inmenso, el escenario, sin embargo, me resulta acogedor. Al menos me he sentido cómoda a medida que han pasado los días.
–Cuando el jurado decidió que cantara «Que me quiten lo bailao», no se la vio muy convencida. Usted prefería ir a Alemania con la balada «Abrázame». Sin embargo, una vez montada la coreografía, parece que el tema está hecho a su medida.
–Muchas veces el destino nos presenta alternativas con las que nosotros no contamos y resulta que son las más acertadas. Creo que en este caso ha sido así.«Que me quiten lo bailao» me ha abierto muchas puertas y me han pasado cosas positivas inesperadas.
–¿Qué da más respeto: Viña del Mar, donde quedó segunda en 2005, o Eurovisión?
–Los fans que tiene Eurovisión no los tiene Viña del Mar y eso hace que te sientas aún más fuerte, con más tensión por ellos. Realmente, las dos son plazas difíciles de torear, pero sobre todo me siento muy afortunada porque pocos artistas han tenido la oportunidad de participar en los dos certámenes.
–En los más de 50 años de participación de España en Eurovisión, es la primera gallega que concursa...
–Galicia está volcada conmigo, en mi tierra hay mucha tradición musical y yo estoy muy contenta de ser la primera representante gallega.
–Hablando de ránkings, ¿teme quedar la última?
–La verdad es que no lo pienso, ni yo ni nadie del equipo. Lo más importante es disfrutar y que dejemos un buen sabor de boca. No pienso para nada en las posiciones y no me quita el sueño quedar la última.
–Hasta hace poco su canción pasaba desapercibida para los eurofans, pero el trabajo que está haciendo con su equipo de bailarines le está haciendo ganar puntos. ¿Lo está notando?
–Yo creo que sí. Como la canción tiene tan buen rollo, es muy pegadiza y, al final, va calando.
–Un eurofan ha comentado que tiene una capacidad tremenda para enamorar a la cámara.
–Cuando subo a un escenario lo que sé hacer es transmitir sentimientos, por eso intento comerme la cámara y que me crean lo que estoy cantando.
Una gallega para llegar a Europa
A pesar de su juventud, Lucía Pérez (Lugo, 1985) es toda una referencia en la música gallega. Tanto es así, que fue la elegida para cantar el himno de su tierra durante la toma de posesión del presidente Nuñez Feijoo. Ahora su reto es ganar Eurovisión. Aunque ella se conforma «al menos con estar entre los doce primeros».
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