Milagro de Fátima por Santiago Talaya

El primer milagro que ha conseguido Fátima Báñez es que aquí en Andalucía, su tierra, Comisiones Obreras y hasta UGT la hayan recibido con los brazos abiertos en su nuevo cargo de ministra de Empleo y Seguridad Social. Valoración sindical más que positiva a quien se licenció hace no tantos años de manera brillante en ICADE mientras un día sí y otro también los acólitos de Carbonero y Pastrana no hacen sino poner a caldo al consejero andaluz de Trabajo, Manuel Recio, egresado de no se sabe cuántos posgrados en Norteamérica. Porque se equivocan los amigos que me han remitido ya decenas de veces la famosa foto de una recepción en la que aparece Griñán besando la calva del secretario andaluz de la UGT. Aunque la foto no miente, es en efecto Pastrana quien da la espalda al presidente de la Junta obligando a éste a forzar un ósculo que sin duda a Manuel Chaves le habría resultado mucho más fácil conseguir. Caso ERE al margen, las centrales andaluzas nunca han terminado de comulgar con el social liberalismo del actual gobierno de la Junta y, tal vez para meter aún más el dedo en el ojo, de ahí esta mano tendida a la nueva titular de Empleo onubense. Un guiño que cobra doble significación si tenemos en cuenta que de manera simultánea las caceroladas han sonado atronadoras esta pasada semana frente a un Palacio de San Telmo que sigue mudo ante conflictos como los de Santana o Visteon muy probablemente porque Griñán no sepa cómo acertar políticamente con esas provincias tan díscolas que le están resultando Jaén y Cádiz. Por cierto, y en clave política, Javier Arenas debe estar satisfecho por el eco andaluz del primer gabinete Rajoy. Huelva vuelve a verse reflejada en un ministerio treinta años después, Sevilla y Jaén comparten satisfacción por Montoro y Miguel Arias sigue poniendo una pica en Cádiz. Curiosamente las cuatro provincias que decidirán la victoria en los comicios andaluces ¿del próximo 25 de marzo?