Diagnóstico: Vacío de valores

Estos últimos días hemos sido testigos de noticias aterradoras que han sacudido la conciencia de hasta el último hogar de nuestro país. Algo muy grave está sucediendo para que quienes deberían compincharse en la dura tarea de convertirse en adultos se confabulen en esta orgía siniestra con tintes de impunidad. Entretanto, la izquierda nos sermonea con que no actuemos al calor de estos casos. Parece ser que para algunos responsables políticos, o mejor dicho, para el más alto grado de su escalafón moral, abrir el debate para que se exijan responsabilidades a menores de catorce años por delitos de semejante gravedad es aprovechar el dolor y la alarma social con fines partidistas. Sin embargo, en varios países de la UE ya coinciden en exigir responsabilidad penal a menores en edades inferiores a los catorce años. En nuestro país, parapetados tras su temprana edad, los penalmente irresponsables reciben consejos de expertos de batas blancas y togas negras. Todos recetan «medidas educativas en el entorno familiar».Quienes ponderábamos la importancia de la autoridad en la familia y en las escuelas o ensalzábamos el esfuerzo como piedra angular de la formación éramos tachados de carcas por esa progresía. Ahora parece que el discurso ha virado y hasta el Ministro de Educación ha hablado de crisis de valores. Dentro también de las filas socialistas se ha escuchado a quien considera que sucesos así son síntomas que advierten de la existencia de una grave enfermedad. Una enfermedad frente a la que urge elevar los niveles de alerta recordando a padres, educadores y poderes públicos que la formación integral de todo individuo exige educar en los valores esenciales, como la vida y la libertad, sobre los que sedimentó el éxito del proyecto europeo.*Eurodiputado del PP