Fórmula 1
Dos muertos en una discoteca por un ajuste de cuentas entre porteros
madrid- Carlos no creyó que su conversación con «Cata», uno de los jefes de una mafia rumana que controla la seguridad de varios locales, y sus chicos se fuera a complicar. De hecho, iba solo y dejó la pistola en el coche. Cerca de las tres de la mañana, Carlos, miembro de los «hammer skin», que trabajaba para un ex miembro de la banda rival de «los Miami», y que se dedicaba a extorsionar a porteros de discotecas, se acercó a las puertas de la sala Palace, más conocida como Heaven. Sin embargo, algo se torció. Las negociaciones entre delincuentes habituales acabaron en paliza. A Carlos Monje le pegaron los porteros, con «Cata» a la cabeza, y terminó con la nariz rota. No era la primera vez que Carlos y «Cata» se enfrentaban. Herido y humillado, regresó a su coche y se hizo con su pistola Glock. A pie y sangrando volvió a la puerta del local. Esta vez, no le tocaron. Carlos disparó a bocajarro a «Cata» en el cuello. Los compañeros de este rumano intentaron defenderle y arrebatarle el arma. Sólo sirvió para que otro portero recibiera otro tiro en el muslo. Ante el jaleo, los compañeros de otra discoteca cercana, Joy Eslava, acudieron a las puertas de «Heaven». Entre ellos, el joven Alejandro Muñoz Rojas, relaciones públicas de este local y ajeno a las negocios turbios del resto de los protagonistas. Carlos emprendió la huida como pudo. Alejandro y varios porteros corrieron detrás de él. En la calle Arenal, intentó zafarse de sus perseguidores y volvió a disparar. La mala suerte alcanzó a Alejandro, de 24 años, que cayó al suelo y falleció horas más tarde en el hospital. Carlos continuó su escapada camino de su coche. En la misma plaza de Celenque volvió a apretar el gatillo. A uno de los porteros le disparó por la espalda y al otro, la bala le rozó y le abrasó el cuero cabelludo. El balance: dos muertos y tres heridos. Carlos fue detenido poco después por los Centauros de la Policía Nacional.
✕
Accede a tu cuenta para comentar