Belgrado
EE UU Alemania Francia Gran Bretaña e Italia reconocen la independencia de Kosovo
Kosovo recibió hoy con euforia el anunciado reconocimiento de EEUU y de los principales países europeos, excepto España, de su independencia unilateral de Serbia, mientras se vivieron las primeras manifestaciones de la minoría serbo-kosovar y Rusia insistió en la ilegalidad de la secesión.
Después de que el presidente estadounidense, George Bush, de visita en Tanzania, dijera que los kosovares eran independientes, su secretaria de Estado, Condoleezza Rice, procedió al reconocimiento formal de la que fuera provincia serbia, en la que más del 90 por ciento de los dos millones de habitantes son albaneses. EEUU, principal valedor de este proceso de independencia, ha reconocido hoy formalmente a Kosovo como un estado soberano e independiente y da la enhorabuena al pueblo de Kosovo en esta ocasión histórica», indicó Rice en un comunicado.
Como respuesta, el Gobierno serbio ordenó la retirada de su embajador en Washington, según anunció el primer ministro, Vojislav Kostunica, al abrirse en Belgrado una sesión del Parlamento para sancionar la decisión de anular la independencia. Kostunica dijo que se hará lo mismo con cualquier otro país.
Casi de forma paralela al anuncio de EEUU, la Unión Europea cerró una declaración común para resolver sus contradicciones, que subraya que Kosovo es un caso único y sin precedentes, antes de que los principales países comunitarios (Reino Unido, Alemania, Francia e Italia) anunciaran el reconocimiento del nuevo Estado.
Sólo España, entre los grandes, adelantó su posición contraria a este proceso de secesión, que considera ilegal por no responder a una decisión unilateral que se apoya en una resolución de la ONU. «Lo que no queremos es que se abra la Caja de Pandora en los Balcanes», dijo el ministro español de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, al reafirmar que España no reconocerá a Kosovo.
Según aseguró Moratinos, no es por miedo a un posible «efecto dominó» por lo que España rechaza la independencia de Kosovo, sino por el mismo respeto a la legalidad internacional que llevó al Gobierno socialista a retirar las tropas de Irak en 2004.
Francia reconoció la secesión de Kosovo hoy mismo mediante el envío de una carta de su presidente Nicolas Sarkozy, al presidente kosovar, Fatmir Sejdiu. Reino Unido utilizará el mismo mecanismo, mientras que Alemania e Italia tomarán la decisión oficialmente el miércoles.
El jefe de la diplomacia alemana, Frank-Walter Steinmeier, aseguró que otros 13 países de la UE tomarán «muy rápidamente» una decisión similar a la anunciada hoy por los cuatro mayores Estados de la Unión y por otros países significativos, como Turquía, Pakistán, Japón o Australia.
Estos anuncios de reconocimiento de la independencia de Kosovo desataron una ola de euforia en las calles del centro de Pristina, donde se sucedieron las manifestaciones de alegría.
Un grupo de entusiastas besó banderas de varios países europeos, como Francia y Alemania, que habían sido extendidas en el suelo en una céntrica plaza, y enseñas de EEUU como las que horas antes quemaron algunos de los 6.000 manifestantes serbio-kosovares, que se congregaron de forma pacífica para rechazar la secesión en la ciudad dividida de Mitrovica.
Este enclave, en el que el río Ibar separa a los 15.000 serbios que viven en el norte de la ciudad más septentrional de Kosovo de los 60.000 albaneses que habitan en la zona sur, es uno de los principales focos de atención tras la declaración de independencia.
Los serbios tienen la intención de protestar a partir de ahora todos los días a las 12.44 horas local (11.44 GMT) en referencia a la resolución 1.244 del Consejo de Seguridad de la ONU, que establece que Kosovo es parte de Serbia, al tiempo que insisten en que presionaran para que Naciones Unidas anule el proceso. «América ya no es la única súper potencia del mundo», dijo a los manifestantes Marko Jaksic, uno de los líderes serbo-kosovares, antes de añadir: «mientras existan Rusia y Serbia, no habrá nunca un Kosovo independiente».
Rusia insiste en sus tesis de ilegalidad y hoy las dos Cámaras del Parlamento denunciaron, en una resolución conjunta, que la división de Serbia mediante la secesión de Kosovo es una continuación de los ataques «ilegítimos» de la OTAN contra la antigua Yugoslavia en 1999.
«Es un intento de alterar la correlación entre el derecho y la fuerza en las relaciones internacionales, vaciar de contenido las conversaciones como método justo de arreglo, ignorar los intereses legítimos de una de las partes del conflicto y silenciar las violaciones de los derechos humanos por motivos étnicos», señala la resolución.
Los legisladores rusos destacan que «el separatismo kosovar no tendría ninguna perspectiva de no haber sido respaldado desde el principio por los Estados occidentales, ante todo Estados Unidos».
La batalla se traslada ahora al Consejo de Seguridad de la ONU, convocado para hoy mismo de urgencia para escuchar al presidente serbio, Boris Tadic.
Por su parte, la OTAN ha reafirmado hoy su compromiso de asegurar la seguridad en Kosovo y contribuir al imperio de la ley, la protección de las minorías étnicas y el cuidado de los sitios históricos y religiosos.
Tras la declaración de independencia de Kosovo ayer domingo, el Consejo Atlántico, máximo órgano decisorio de la OTAN, ha insistido en que la misión de la KFOR permanecerá en el nuevo estado «de manera imparcial» y en base a la resolución 1.244 de Naciones Unidas, a menos que el Consejo de Seguridad decida lo contrario. Como ya advirtiera ayer en una primera declaración el secretario general de la Alianza, Jaap de Hoop Scheffer, la OTAN «responderá con firmeza» a «cualquier intento de perturbar la seguridad de la población de Kosovo»
El objetivo de la OTAN es continuar «ayudando al desarrollo de un Kosovo estable, democrático, multiétnico y pacífico», en un marco de cooperación con la población kosovar, las Naciones Unidas, la Unión Europea y el reto de los actores internacionales en la zona.
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