El «lastre Monteseirín» y el bajón de IU

En la resaca electoral, tras «cocinar» los resultados, ningún partido se reconoce perdedor de unos comicios, pero estas europeas han dejado dos reveses, un serio toque de atención y dos triunfadores, todo ello en clave local. La victoria del PSOE en Sevilla capital por casi cinco puntos (45,55% de los votos frente al 40,97% del PP) evidencia dos realidades: que la «marca PSOE» tiene un enorme tirón del que se beneficia Alfredo Sánchez Monteseirín y que el PP recorta la brecha con los socialistas pero no lo suficiente.
Aunque los datos de unas elecciones europeas no sean extrapolables a las municipales y la escasa participación dificulte aún más las comparaciones, el comportamiento del electorado sí permite al menos realizar una «foto-fija» de su estado actual. Y de ella se deduce una vez más que la deteriorada imagen del alcalde –claro perdedor ante Zoido en 2007– le resta poder al tirón socialista. En Sevilla, infalible locomotora del PSOE tanto a nivel andaluz como nacional, pierde su hegemonía cuando se trata de elegir directamente a la persona que regirá los destinos de la ciudad y no sólo apoyar a un partido.
En el lado opuesto, la labor incansable de Juan Ignacio Zoido por tomarle el pulso a los sevillanos y atender sus problemas se traduce en una alta consideración como alcaldable, si bien el PP se estanca en su propósito de igualar las fuerzas con el PSOE cuando las urnas tienen otra misión. Ahí tiene un grave problema, y desde hace mucho tiempo.
Y si la tarea de gobernar tiene quemado a Monteseirín, su socio está achicharrado. Los contratos a familiares, subvenciones irregulares y el reiterado apoyo presupuestario a actividades «afines» (Cuba, Venezuela, república...) han pasado factura a IU, que ha dejado de ser la tercera fuerza más respaldada, superada por la pujante UPyD, que se estrenará con un escaño en el Parlamento Europeo. Los exiguos 9.970 votos cosechados (4,14%) no pueden con los 11.204 (4,65%) de la formación de Rosa Díez y hacen planear sobre Antonio Rodrigo Torrijos y los suyos la sombra del reciente descalabro del PA.