Gastronomía

El Plató: cámaras y tapas

El Plató: cámaras y tapas
El Plató: cámaras y tapaslarazon

Dani García, Paco Roncero, Quique Dacosta, Juan Pablo Felipe, Carles Abellán, entre otros, fueron los pioneros en cocinar la tendencia de los grastrobares a la que se ha apuntado Pedro Larumbe. Ya han pasado los meses suficientes desde que tomaron la calle (La Moraga, Estado Puro, Aris, Sula, Tapas 24...) como para saber que la fórmula funciona, que nos gusta comer rápido y bien sin arruinarnos. Un apunte: el nuevo local se llama El Plató, porque una cristalera gigante separa las cámaras de Intereconomía Televisión del comensal. Incluso una pantalla enorme decora la pared para emitir la programación de la cadena y un «ticker» colocado sobre la barra blanca ofrece la información bursátil.
El chef navarro es consciente de que el público cada vez es más exigente, por eso ofrece una carta repleta de tapas y raciones tradicionales y creativas elaboradas con materias primas de calidad a las que aplica las mismas técnicas que emplea en su restaurante de la calle Serrano. Así, el truco de que la ensaladilla rusa sea alucinante es que está elaborada con espuma de mayonesa para que no resulte pesada. Uno de los entrantes imprescindibles es la tortilla de alcachofas, pero también los chipirones con pasta fresca y mojo verde y las láminas de presa y queso del Roncal con ensalada de rúcula. En cuanto al apartado del mar, Larumbe trabaja con pescados azules, como la caballa o el chicharro, que lucen poco en la cocina, pero poseen un sabor y un aroma intenso, y preparados a baja temperatura salen a la mesa melosos. Las medias raciones de bacalao al ajoarriero con huevo, de bocartes rebozados, de tacos de pez espada con teriyaki y de pulpo con cachelos rondan los seis euros, igual que las recetas de ibérico. Es un animal que debemos disfrutar por el precio de su carne, de ahí que el chef prepare cinco recetas.

Cafés y copas

Las albóndigas, muy tiernas, con avellanas es una opción tan acertada, tanto como cualquiera de los postres (brazo de gitano con nata y frutas, mousse de arroz con leche...). La carta de vinos también es amplia, pero lo genial es que aquí los sirven por copas. Los cócteles son el fuerte del «afterwork» y el precio de los combinados (8 euros) el de la jarana de los fines de semana. Salga al plató a cualquier hora, porque también están listos para servir el primer café de la mañana.