Sevilla

El triángulo de la Mohedano

El triángulo de la Mohedano
El triángulo de la Mohedanolarazon

Toca repaso dominical a una semana en la que sobresalieron los modelazos «pour Cibeles» de Juanjo Oliva, Carmen March y un ya parece que inalcanzable Hannibal Laguna. Y, mientras sigue sin entenderse por qué ninguna de las Infantas realzó la cita madrileña –y eso que no tenían ningún acto programado aparte de sus trabajos personales–, surge un nuevo culebrón que devuelve a la palestra a los Mohedano. No hay forma de que estén en paz, y cuando ya parecían apaciguados en sus reclamaciones de la herencia de Rocío Jurado, sorprenden con un nuevo escándalo en ciernes. Y con más apariciones televisivas, como la que acaba de hacer en «¿Dónde estás, corazón?» una sevillana que ahora compite con Chayo Mohedano, alternando al parecer en los favores amorosos del sobrino de María del Monte. En Sevilla, que siempre está a la que cae porque aquello es muy pequeño, lo sabían desde hacía meses, incluso antes del embarazo de la que tiene pretensiones de artista como si fuese la inolvidable diva chipionera, de la que tan sólo ha heredado el apellido. Su arte no prospera, y el disco producido por Capi está en el baúl de los recuerdos y no ha impactado. Un fiasco sin futuro. Fama de seductorEl clan se actualiza con la denuncia y las reivindicaciones de Rocío Hurtado, una andaluza treintañera que era la pareja oficial de Antonio Tejado, sobrino de María del Monte, hasta que irrumpió Chayo. Ella se lo llevó al huerto creyendo que era un mozuelo. Pero lo cierto es que, pese a tener tan sólo 21 años en la actualidad, gozaba de una fama de donjuan y seductor en Sevilla, a fin de cuentas la cuna del Tenorio. Con buenas formas supo encandilar a las dos, aunque la presunta cantante, con más pretensiones que maneras, fuese la tercera en discordia. Rocío, que físicamente tiene un aire a Maribel Verdú, lo contó acuciada por Jaime Cantizano y sus chicos:-Yo conocía su relación con Chayo, pero nunca dejamos lo nuestro, que va ya para cuatro años. Incluso nos hemos seguido viendo durante el embarazo, y también después. Nos acostábamos en la cama que él compartía con quien ya es la madre de su hijo.La morenaza lo explicó todo sin ningún tipo de pudor ni recato. Los trapos sucios al aire y el descubrimiento de un triángulo como de vodevil si no fuera porque de por medio hay una criatura inocente. Lo que Rocío expuso no tiene desperdicio, menuda pieza el tal sobrino, que horas antes recibía a Chayo en la estación de Sevilla. Los dos posaron con cara de circunstancias, pero cara al fin y al cabo. No les falta, y el morbo familiar se reaviva, situándoles de nuevo en el candelero. ¡Ay, si la Jurado levantase la cabeza!-Antonio es un embaucador, sabe cómo enamorarte. Yo estoy en terapia, a ver si consigo superarlo, y me consta, porque escuché muchas conversaciones telefónicas, que Chayo está tan pillada como yo. Antonio es un niño caprichoso, mandón y muy celoso, hasta el extremo de que le molestaba verme sola y con faldas ceñidas o muy cortas.El tema está servido, alicientes no le faltan y seguro que propiciarán la presencia llorosa de Chayo y sus gentes en más de un programa de televisión. Y es que ya se sabe: al mal hay que sacarle tajada.