«En el vino que bebemos hay una parte transgénica»

-¿Qué son los alimentos transgénicos?

-Son los que surgen de aquellas plantas que han sido modificadas genéticamente, es decir, a las que se les ha introducido algún gen, normalmente para luchar contra las plagas y en algún caso contra la falta de agua.

-¿Desde cuándo existen?

-Los alimentos modificados por biotecnología desde hace quince o veinte años, pero los alimentos modificados por el hombre, de manera natural, de toda la historia. El trigo que comemos hoy no es el mismo que plantaban los egipcios, porque el hombre lo ha ido modificando a través de distintos injertos. Lo que pasa es que esa modificación genética se hace mucho más rápidamente utilizando la biotecnología, pero siempre se han modificado las plantas genéticamente para mejorar sus rendimientos

-Y siendo así, ¿por qué se rechaza a estos alimentos?

-Por una parte por desconocimiento y, por otra, porque hay una campaña ecologista muy potente que rechaza la modificación de plantas. Eso es raro, porque los científicos han demostrado que el gen con el que se modifica a los alimentos no afecta a la salud del hombre ni a la de los animales y, sin embargo, sí puede contribuir a desarrollar cultivos que ahora resultan imposible en algunos lugares donde hay hambre. Los ecologistas ni explican ni demuestran por qué hay que tenerle miedo a los transgénicos.

-¿Tomamos alimentos transgénicos sin saberlo?

-En todo el vino que bebemos, en alguna parte de su producción, se ha utilizado levadura transgénica. Y luego, en Europa está prohibido sembrar maíz transgénico, pero no consumirlo, así que todos los gusanitos, las palomitas de maíz suelen estar hechas con maíz transgénico. Y además, es que una vez que ya está el maíz en la palma de la mano, ni siquiera bajo microscopio se puede observar alguna diferencia entre el transgénico y el convencional.

-¿Por qué sabe usted tanto de transgénicos?

-Estuve investigando en profundidad sobre las modificaciones genéticas para mi novela «Gemelas», que publique el año pasado. Ahora estoy volviendo a escribir sobre este asunto y, la verdad, es un tema que me apasiona. Creo que es imprescindible conocerlas y más aún que se abra un debate no científico, sino moral, porque estamos hablando de cambios que modifican nuestra naturaleza y hasta nuestro ADN.

-¿Están prohibidos en Europa?

-No todos los países de Europa se niegan a plantar transgénicos. Las prohibiciones tienen más que ver con la economía que con la salud.