Historia

España

Humildad y confianza

La Razón
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Algunos dirán que es casualidad. Me refiero al hecho de que el 17 de junio de 1689, santa Margarita María de Alacoque le pidiera a Luis XIV que consagrara Francia al Sagrado Corazón y éste se negara; y a que cien años después, día por día, el Tercer Estado se declarara titular de la Soberanía Nacional y cayera en Francia la monarquía absoluta, con la posterior ejecución de sus Reyes. Algunos dirán que también es casualidad el hecho de que Felipe V, el primer Borbón que reinó en España, nieto de Luis XIV, pidiera al Papa que se estableciera la fiesta del Sagrado Corazón en todos sus Reinos; dirán también lo mismo acerca de la consagración de España al Sagrado Corazón llevada a cabo por Alfonso XIII hace ahora 90 años y a que, a pesar de dos Repúblicas y un cambio fugaz de dinastía, los Borbones sigan reinando en España y ninguno de sus miembros haya sufrido daño alguno.
Algunos dirán que todo eso es casualidad. Otros preferimos decir que se trata de la Providencia divina. Una Providencia, por supuesto, que no actúa al margen del hombre sino que le pide a éste que colabore con ella. Porque, en el fondo, ¿qué es la consagración al Sagrado Corazón? Un acto de humildad y de confianza. De humildad, porque le estamos diciendo al Señor que sólo Él es Dios; en este momento de soberbia relativista, ese gesto de humildad es más necesario que nunca. De confianza, porque nos ponemos en sus manos sabiendo que nos ama infinitamente y que sólo Él es el Señor de la historia.