La mirada de Malick Sidibé conquista PhotoEspaña

Entre «Bal des aristos» y «Jeune couple» hay una brecha invisible para el ojo impaciente. Pueden parecer prolongaciones de una mirada documental, pero si uno se detiene en los retratos en blanco y negro del maliense Malick Sidibé se dará cuenta de que el primero es un retrato de jóvenes de la alta sociedad tomado en 1963, elegantes, hermosos, una clase negra pudiente en un África que no siempre es hambre. En la segunda vemos a una joven familia, orgullosos y esbeltos también, aunque quizá no tan acomodados. Malick lleva varias décadas captando la vida de su país en la calle, con espontaneidad, y en estudio, a través de ese formato ya en desuso en Europa pero popular en el continente negro del retrato de barrio. Ayer, el jurado de la principal cita de fotografía de nuestro país le concedió el premio PhotoEspaña Baume & Mercier, dotado con un trofeo diseñado por Eduardo Arroyo y 12.000 euros.Para la misma noviaSu dedicación y su sensible mirada, real como una familia en 1970, auténtica como un día de fiesta en 1975 o dos pretendientes para una misma novia en 1969, le han valido un premio recibido en otras ocasiones por William Klein, William Egglestone, Helena Almeida, Chema Madoz, Luis González Palma y Josef Koudelka, entre otros.Nacido en Mali en 1936, Malick documentó una sociedad en desarrollo en el corazón de África a través de su estudio a partir de los años 50 y 60. «Sidibé ha documentado un importante periodo de la historia de África, una etapa de emancipación, cambios culturales, orgullo y esperanza en el futuro. Su mirada sensible, entusiasta y comprometida ha creado imágenes sencillas, auténticas y llenas de verdad en las que se trasluce una especial complicidad entre el fotógrafo y sus retratados», añadió el jurado.Kodachrome: adiós a un icono popularLa compañía Eastman-Kodak anunció ayer la retirada de su película más veterana, la Kodachrome, debido a la baja demanda. El filme en color más célebre del mercado ha estado 74 años a la venta. Tuvo su gran momento en los años 50 y 60 y sirvió, entre otros hitos, para que Abraham Zapruder inmortalizara en 8 mm el asesinato de Kennedy.