Almería
La tortuga y la liebre
Aunque por las formas y el juego, en momentos determinados de la Liga la persecución a ritmo de tortuga del Real Madrid parecía estéril e insuficiente, detrás de la liebre barcelonista que sigue adelante con su fútbol vertiginoso, una semana más los blancos tiraron de orgullo y vencieron de una tacada a un buen Málaga y al virus FIFA. Son muchos los que se quejan de este problema, pero alguna contraindicación tendrá poder comprar a los mejores. Mientras los más débiles no pueden fichar a los «cracks» internacionales, los poderosos sufren por ese privilegio.El sábado, en La Rosaleda, faltaban Heinze, Cannavaro y, sobre todo, Lass y Robben, entre otros. Pero de nuevo salió al rescate el «Pipita» Higuaín con un gol lleno de virtudes: determinación, potencia y definición aliñaron una acción que demuestra que el argentino de 21 años es un jugador acertado y de ley.Fueron dos formas diferentes de conseguir la victoria. Los blancos, con lo que tenían; y los de Pep, pendientes del calendario. Ya le ocurrió al Villarreal en Almería. La «Champions» condiciona cuatro partidos, los que se juegan antes y después de la ida y la vuelta. Por todo esto, no tengo dudas de que cualquier siesta que se eche la liebre azulgrana, la tortuga blanca estará como siempre preparada para aprovecharla y llegar a la meta como vencedora. El conjunto de Juande, con paso lento pero firme, volvió a demostrar con el especialista en finales cardiacos Higuaín que es el ejemplo ideal del anuncio de Adidas. Con ellos, «impossible is nothing». Con esos puntos y un Barça normal y no de récord, sería líder de la Liga. Si esto sigue así, el Madrid va a ser rival hasta el final de temporada.P. D. Aprovecho para mandarle un abrazo a esa mujer que se me acercó en el avión y después de preguntarme si era Kiko, cuando creí que iba a soltar la retahíla del Metropolitano y lo que había visto, me dijo que me leía todos los lunes en LA RAZÓN. Me faltó poco para hacerle «el arquero». El fútbol te da satisfacciones de manera diferente y las palabras de aquella mujer me provocaron la misma que las felicitaciones cuando consigues un buen gol.
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