Las nuevas becas del Gobierno no estimulan el esfuerzo

Las esperanzadoras expectativas que la designación de Ángel Gabilondo como ministro de Educación había generado de forma casi unánime parecen desinflarse según se van conociendo sus primeras iniciativas. Esta semana se ha sabido, gracias a las informaciones publicadas por LA RAZÓN, que la Alta Inspección de Educación, a través de los funcionarios encargados de verificar que las comunidades cumplan con la normativa estatal, vigiló de forma especialmente incisiva a los ejecutivos autonómicos del PP, mientras que prácticamente no percibió errores en otras regiones como Andalucía, Galicia, Cantabria, Cataluña o Baleares, con gobiernos socialistas en 2008. A esto se le une que el Consejo de Ministros aprobara ayer las «becas de mantenimiento», dotadas con 1.350 euros y dirigidas a alumnos que se encuentran en una situación de mayor riesgo de abandono del sistema educativo. Con esta medida, el Ejecutivo socialista no sólo evidencia su incapacidad para hacer frente a las alarmantes cifras de fracaso escolar, sino que intenta camuflar las estadísticas mediante una inversión de dinero público que sólo beneficia a los alumnos con peor rendimiento en detrimento de aquellos que logran mejores calificaciones. El agravio al esfuerzo y la excelencia alargará aún más el túnel que atraviesa desde hace años nuestro sistema educativo.