Pacientes
Los pacientes dermatológicos tienen un 20% más de alteraciones psíquicas
Nadie relacionaría las alteraciones psíquicas con la piel, pero lo cierto es que las personas que sufren problemas cutáneos tienen un 20 por ciento más de alteraciones psíquicas que la población general, mientras que los pacientes ingresados pueden padecer hasta un 30 por ciento más. Así lo manifestó Aurora Guerra, jefa de la Sección de Dermatología del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid y presidenta de la Sección Centro de la Academia Española de Dermatología (AEDV) en la presentación del primer volumen de la trilogía «Dermatología Psiquiátrica», que lleva el nombre «De la mente a la piel».Guerra explicó que la piel es un órgano que se sintomatiza con facilidad, por lo que existen muchas reacciones cutáneas, incluso en condiciones normales y fisiológicas, y cuando la mente está enferma, esta dolencia llega a la piel. La especialista destacó la dermatitis artefacta o ficticia, en la que el trastorno mental es el origen único de la alteración cutánea.
AutoagresiónLesionarse la piel para pedir ayuda es una de las herramientas que los pacientes con trastornos facticios suelen poner en práctica. «El prototipo de paciente con dermatitis artefacta es una mujer de entre 20 y 60 años, de carácter introvertido, centrada en sí misma y con dificultad para relacionarse con los demás», afirmó. «Estas manifestaciones de forma inconsciente, íntimamente suponen una llamada de atención, ya que detrás puede haber una depresión o un intento de suicidio», apuntó esta experta.
Otro de los problemas son las alucinaciones cutáneas, como el llamado «delirio de parásitos». «Creen que tienen bichos, y se rascan para quitárselos», por lo que señaló que «el dermatólogo ha de saber sobrellevar el mecanismo para que llegue al psiquiatra y se cure, porque son síntomas asociados a trastornos mentales».
Respecto a la alteración de la imagen corporal, como la anorexia y la bulimia, apuntó que se trata de un trastorno de la mente que también repercute en la piel. En estas personas se observa la caída del cabello, aparece vello por todo el cuerpo, o marcas en las manos producidas por el hecho de vomitar.
Entre las patologías que derivan de un trastorno psiquiátrico y se manifiestan directamente en la piel, está la tricotilomanía. Se trata de una alopecia traumática ocasionada por el propio paciente al tirar de sus cabellos con el fin de arrancarlos o partirlos. «Habitualmente el paciente acude en primer lugar al dermatólogo y éste puede encontrarse ante un dilema diagnóstico cuando el paciente no es comunicativo o ignora la naturaleza autoinducida de su pérdida de cabello», apunta Guerra. La tricotilomanía no tiene lugar sólo en el cabello, también se localiza en las cejas, barba, axilas y pubis.
Ellas sufren más En general, las mujeres son las que se ven más afectadas por este tipo de patologías. En cuanto a la edad, dependería del tipo de patología, por ejemplo «los trastornos delirantes aparecen en la edad madura y ancianidad con preferencia, sin embargo, los trastornos relacionados con los impulsos suelen darse en la época de la adolescencia y juventud», señala. No obstante, «con frecuencia, este tipo alteraciones son crónicas y la patología se manifiesta a lo largo de su vida».
De esta manera, las alteraciones cutáneas inestéticas que aparecen en la pubertad pueden inducir personalidades introspectivas y solitarias o por el contrario, agresivas y antisociales. Cuando aparecen en la edad media de la vida producen ansiedad, inseguridad, depresión e insomnio, con su consiguiente efecto negativo sobre la vida escolar, social, familiar y sexual.
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