Nueva York

Los talibanes ponen en jaque a Brown

La ofensiva talibánfuerza a las tropas aliadas a desplazar efectivos de un lado a otro de Afganistán.

Un soldado británico custodia el horizonte en la provincia afgana de Helmand
Un soldado británico custodia el horizonte en la provincia afgana de Helmandlarazon

Londres- La guerra de Afganistán atraviesa su momento más delicado. Los ataques registrados en los últimos meses revelan, sin lugar a dudas, que los talibanes están en condiciones de llevar a cabo los combates más sangrientos contra las fuerzas estadounidenses y aliadas desde que la Administración Bush invadió la nación en octubre de 2001. Dos soldados americanos perdieron ayer la vida. La situación con las tropas británicas es mucho más alarmante. Desde principios de mes, 19 militares han muerto, incluido uno fallecido ayer en una explosión en Helmand. El debate sobre si están bien equipados o no ronda por el Parlamento británico desde hace días, pero ayer alcanzó su punto más álgido cuando el secretario de Estado de Exteriores, Lord Malloch Brown, afirmó en una entrevista que definitivamente no había «helicópteros suficientes». La semana pasada, el general Richard Dannatt, responsable de la armada, pedía más vehículos y equipamiento. Jock Stirrup, jefe de personal de Defensa, recalcaba también que con más helicópteros se habrían podido salvar vidas. Las palabras de Malloch llovían sobre mojado, pero daban un giro radical a la situación, ya que por primera vez era un miembro del Gobierno el que admitía errores. Poco después de que el rotativo «The Daily Telegraph» revelara sus comentarios, el Foreign Office emitió un comunicado de rectificación. El daño, sin embargo, ya estaba hecho. El primer ministro, Gordon Brown, tuvo que dar de nuevo la cara recalcando que el número de aparatos se ha incrementado en un 60% en los dos últimos años. Aunque insistió en que las tropas desplegadas cuentan con los helicópteros necesarios para llevar a cabo su misión actual, anunció que contarán con más «Merlin» para finales de año y con más «Chinook» para 2010. A principios de este mes, miles de efectivos británicos y marines estadounidenses comenzaron una importante operación en la provincia de Helmand, en el sur del país. Se trata de la mayor ofensiva que se lleva a cabo bajo la nueva estrategia del presidente estadounidense, Barack Obama, para estabilizar Afganistán, que se prepara para celebrar el próximo 20 de agosto sus segundas elecciones presidenciales.Según declaró ayer el portavoz del Ministerio de Defensa afgano, Zaher Azimi, se están reposicionando fuerzas del norte al sur después de las quejas que indicaban que había pocos efectivos implicados para ayudar a británicos y estadounidenses.A pesar de que el norte de Afganistán siempre se había considerado más pacífico que los bastiones talibanes en el sur y en el este, en los últimos días han tenido lugar una serie de ataques importantes. Según Azimi, el aumento de la violencia se debe, en parte, al acuerdo alcanzado este mes en Moscú, que permite a Washington enviar soldados y suministros hacia el país a través de su territorio, abriendo una importante ruta en el norte.

Encuentro entre Obama y MalikiEl primer ministro, Al Maliki, comenzó su ronda de visitas en la ONU aunque realmente lo que marcó en rojo en su agenda fue el encuentro de la tarde con Obama. El líder iraquí escribió en su lista de peticiones: ayuda económica, respaldo para solucionar los contenciosos con algunos de sus vecinos y asistencia en la lucha contra los problemas de seguridad. Obama también tenía preparadas sus demandas: cese de las luchas internas que impiden el progreso económico y político y muestras de respeto del público a EE UU por todos sus sacrificios, Informa desde Nueva York M. Torres.