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Le han dado la Medalla de las Bellas Artes a Rivera Ordóñez y se ha montado la parda entre los toreros. A mí estos espectáculos tan lamentables me divierten mucho sobre todo si los protagonistas son personas que se creen decisivas, importantes, inimitables y que además llevan todo el día el gesto torcido, y que suelen hablar poco, como para no malgastar palabras que puedan entrar en la historia. Están los toreros en pie de guerra y yo sigo el culebrón muy entretenida, porque me parece de lo más divertido que había visto desde «Perdidos». Le han dado la Medalla de las Bellas Artes a Rivera Ordóñez y servidora, más que reflexionar sobre si torea mucho, poco o regular, recapacita, cada vez que le ve, en lo bien que le sientan los pantalones. Rivera Ordóñez abusa, es verdad, de lo bien que le sientan los pantalones y se muestra en anuncios, en revistas y en roneos de esos de medio pelo más que frente al toro. Eso dicen los que entienden, porque yo opino del pantalón de Rivera pero de su toreo, no. He ido, claro, a alguna corrida en la que lidiaba algún toro éste señor, pero no recuerdo detalle ninguno. Como si se me hubiera reseteado el disco duro. Le han dado la Medalla de las Bellas Artes a Rivera Ordóñez y le ha parecido una vergüenza a Morante, que es un señor bastante chocante. Le ha parecido también mal a un primo suyo que de paso ha vuelto a sacar tajada televisiva y han devuelto sus medallas de las Bellas Artes Paco Camino y José Tomás, y se habla de vetos, de retiradas de palabras y de espantás. Yo no voy a entrar en si Rivera Ordóñez puede o no tener esa medalla. Que le pregunten al ministro de Cultura si es que lo encuentran por algún sitio y que defienda el toreo de Rivera Ordóñez y yo defenderé cómo le caen los pantalones, que es lo mío. Que Paco Camino devuelva la Medalla me parece bien porque me parece bien todo lo que haga Paco Camino, pero que José Tomás lo haga con la suya y que Morante ponga cara de ofendido me produce algo de pudor ajeno. Dar lecciones en nombre de uno mismo está feísimo, aunque parece que es ésa, qué cosas, la vergüenza torera.