Kate Moss
No sin mi tocado
Más que olvidados, habría que hablar de ellos como «relegados». No están en peligro de extinción, pero su presencia en España sí se encuentra algo encorsetada y restringida a cierto tipo de eventos –bodas sobre todo–, y ámbitos sociales de la aristocracia y realeza, principalmente–. Sin embargo, la ya famosa «democratización de la moda» empieza a funcionar también con estos artísticos complementos de origen conservador y rancio. Ya no se usan (sólo) para protegerse del sol o mostrar señal de humildad y pudor, como era obligación de la mujer en la Edad Media, ni son de uso exclusivo en bodas reales. Hoy, cualquier mujer que quiera puede llevarlos. Aunque le pese a las más puristas. Los tocados han entrado en el mundo «fashion» por la puerta grande. Adiós protocolo, adiós elitismo. Su carácter de accesorio «it» es ya comparable al de un bolso maxi o unos zapatos «peep-toe». Ninguna amante de la moda puede vivir sin un tocado en casa; toda apasionada de la moda puede lucirlos siempre que quiera. Aval de los diseñadoresY todo gracias a que numerosos diseñadores VIP los han incluido en sus desfiles. Desde Dolce & Gabbana, que los combina con faldas globo y camisas «de pijama», hasta Blumarine o Pollini, pasando por Sonia Rykiel con sus piezas geométricas y en colores ácidos. Pero también en España vivimos un importante boom. Creadores como Lydia Delgado, Victorio y Lucchino o Carmen March los presentan en sus últimas colecciones aunque, de todos ellos, es justo destacar el derroche de fabulosos tocados y sombreros del desfile O/I 2009-10 de Andrés Sardá. Sus autores, Pablo y Mayaya, forman desde hace 18 años una de las firmas con más prestigio en el universo de la sombrerería y tocados de nuestro país (www.pabloymayaya.com). «Cuando empezamos éramos cuatro quienes nos dedicábamos a esto; hoy, la oferta es mucho más amplia», reconocen. En ella encontramos jóvenes firmas «made in Spain» como Mimoki (www.mimoki.es), Basaíl (www.basailtocados.blogspot.com), Fátima de Burnay (www.fatimadeburnay.com), Mabel Sanz (www.mabelsanzgo.com) o Bimba & Lola (www.bimbaylola.es).Y tras la aclaración de que el de sombrerero es un oficio y que «no todos los que venden tocados lo son», aseguran que corren buenos tiempos. «Cada vez son más las cabezas "tocadas", y no sólo en ceremonias. Estamos perdiendo el sentido del ridículo», sentencia. Así piensa también Mónica Díaz, directora artística de otra conocida firma de accesorios para el pelo, Monic (www.monic.es). Su equipo creativo trabaja desde hace seis años en la «investigación del objeto para la cabeza», y lo hace «ofreciendo algo diferente, pero también con un proceso de creación altamente elaborado y de factura impecable». Acabar con los tópicosCree que en España «ya hacía falta acabar con el concepto clásico del tocado; nosotros queremos reinventarlos con un sentido moderno». Pero un tocado no es un bolso, un collar o un par de zapatos, accesorios con los que cualquier mujer está familiarizada. Llevar algo en la cabeza marca estilo y personalidad, define completamente el «look» y exige «una actitud, conocerse, quererse y, además, darse el gustazo», afirma Mayaya. «No podemos olvidar que cuando miramos a alguien lo primero que vemos es su cabeza. Forman parte de la imagen inmediata», añade Mónica Díaz, que advierte de que «puedes equivocarte con un collar, pero si ocurre con un tocado, tu imagen se resentirá irremediablemente». Aunque, según estas expertas, el mayor error es llevar un tocado con indecisión o duda, o pensar que se puede hacer con todo tipo de ropa. «Hay quien cree que todo vale con tal de que esté colocado en la cabeza», alertan. «Es importante que apetezca y guste llevarlos», añade Díaz. Como también es fundamental tener en cuenta la ropa qué se va a llevar y saber escoger, algo que a veces no es fácil con una oferta tan amplia como la que tenemos en España. Hay quien se atreve con todo y que una vez que prueba a lucirlo, acaba por hacerse «adicta». Pero para las menos atrevidas, un consejo: como ocurre con la ropa y otros complementos, existe lo que podría establecerse como «fondo de armario» o básicos imprescindibles. Mayaya propone un tocado en raso con piedras montado en una diadema y otro en tonos naturales y bronces, más pegado a la cara «para iluminarla». Cualquiera de ellos son perfectos, tanto para una cena entre amigas como para una fiesta. Y sin límite de edad. Ya no hay que esperar a ser «una señora» para lucirlos. «Glamour» y exclusividadPensemos si no en «celebrities» post-adolescentes, como Paris Hilton, Mischa Barton, Carlota de Mónaco o Tatiana Santodomingo, o en iconos de estilo como Kate Moss, Sienna Miller o Sarah Jessica Parker (su aparición en Londres con un vestido verde de Alexander McQueen y tocado de Philip Tracy fue todo un momento «fashion»). Cualquiera de ellas lucen a menudo cintas sobre la frente o pequeños tocados para salir de copas a un club o asistir a una fiesta. Lo hacen por pura diversión y, en muchas ocasiones, ni siquiera están firmados por diseñadores. «Están expuestos a las tendencias, pero creo que si se llevan, debe ser porque favorecen y distinguen, no porque están de moda», asegura la diseñadora de Monic. ¿Un último consejo? Lo da Mayaya: «Confianza, "glamour", exclusividad..... Si algo de esto no se siente cuando se lleva un tocado, ¡mejor no llevar nada!».
Manual de uso- Ningún tocado o sombrero debe quitarse una vez puesto durante el evento en cuestión.- Deben tener el tamaño adecuado para que no molesten al saludar y estar bien sujetos.- El tocado se puede llevar siempre y con cualquier ropa. Las pamelas y sombreros sólo hasta la caída del sol y mejor de corto.- Con tocado, cuantas menos joyas, mejor.- Los sombreros deben ponerse calados, nunca en la coronilla.- Materiales apropiados: para el verano, rafias y sedas. En invierno, fieltros y terciopelos.
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