Conciliación

«Nos quitan el carné y nos dan un folio»

Cuando eran extracomunitarios tenían un carné similar al DNI; ahora que son europeos llevan un folio.

La Razón
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Madrid- El colectivo rumano, el segundo más numeroso, con más de medio millón de personas afincadas en España, está molesto con el Gobierno. Sospecha que el Ejecutivo va a ampliar un año más la moratoria que restringe la entrada de trabajadores del país del Este después de que hace escasas semanas la secretaria de Estado de Inmigración, Consuelo Rumí, dijese que, en el último año, se ha duplicado la llegada de inmigrantes procedentes de este país. Los rumanos, entre ellos Daniel Tecu, presidente de la Asociación para el Desarrollo Económico y Cultural de los rumanos en España (ADERE) ha interpretado estas palabras como el presagio de lo que será un anuncio real dentro de unos días: que la moratoria se mantiene para 2008.

«Es un error que no nos permitan trabajar libremente porque significa que habrá compatriotas empleados en la economía sumergida y eso acabará perjudicando al Estado porque esas personas no cotizarán a la Seguridad Social», lamenta Tecu.

Pero el colectivo, que se agrupa en un centenar de asociaciones, no está dispuesto a quedarse de brazos cruzados y ya prepara concentraciones de protesta ante lo que parece una decisión irreversible. «Somos conscientes de que, como extranjeros, no da buena impresión que nos manifestemos, pero los que están trabajando en la economía sumergida quieren pagar la Seguridad Social. No pedimos trabajo, queremos estar legalmente», dice el presidente de ADERE. De momento, descartan organizar una macromanifestación, pero prevén hacer concentraciones en toda España frente a los ayuntamientos y, en Madrid, frente al Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Y es que Tecu calcula que son alrededor de 300.000 los rumanos que trabajan sin papeles en España y que se verán afectados por la decisión.

Otro motivo de queja es el formato de la documentación que los rumanos obtienen cuando acuden a las comisarías de Policía para inscribirse en el registro como ciudadano de la Unión Europea y así poder obtener el certificado que les acredita como tal, un trámite imprescindible para formalizar cualquier contrato de trabajo. Hasta el 1 de enero de 2007, la fecha en que los rumanos pasaron a ser ciudadanos europeos, llevaban un carné de un tamaño similar al DNI español para identificarse como ciudadanos extracomunitarios. Ahora, el presidente de ADERE se lamenta de que tenga que acreditar su identidad con un papel tamaño folio y deba adjuntarlo al pasaporte obligatoriamente porque por si solo no tiene valor. «Es un engorro que tengas que ir todo el día cargado con las dos cosas, bien sea para pagar en el supermercado, abrirte una cuenta bancaria o realizar cualquier operación de la vida cotidiana. Y más para un obrero de la construcción, que es a lo que se dedican muchos de los que están trabajando en España», añade. «La mayoría de las administraciones tienden a simplificar los trámites, a hacer seguros los documentos y, de este modo, evitar falsificaciones, pero no logro entender cómo es posible que un Gobierno te identifiquen con un papel tamaño A-4. Nos han quitado el cambiado el carné por un folio». Conseguir el documento también tiene sus inconvenientes. «Además de colas de tres días para conseguir una cita, luego puede tardar hasta seis meses en obtenerse en lugares como Madrid», dice Tecu.