Guerras y conflictos
Sendero Luminoso asesina a 13 militares en una emboscada
buenos aires- Vizcatán es una zona agreste de Ayacucho, que es considerada el fortín del «Sendero Luminoso», y en el que las Fuerzas Armadas peruanas despliegan desde el pasado mes de agosto operaciones para erradicar a los remanentes del grupo rebelde que operan en alianza con narcotraficantes locales.El sargento Ari Zevallos Tapia y el cabo Nei Mozombite Arimuya capitaneaban el jueves las dos patrullas que se dirigían de Sanabamba a Supichipampa. El calor era agobiante mientras atravesaban con sus jeep la región selvática. Zevallos, experimentado en la lucha antiterrorista, miraba entre la maleza con rostro preocupado. Desde hacía una hora tenía la sensación de que les seguían, pero hasta el momento sólo veía niños y mujeres que se asomaban alertados por el ruido de los mototes. Su patrulla, con 16 miembros a bordo de un vehículo, fue la primera en recibir el ataque. Sorprendida por una explosión, mientras intentaban ponerse en pie recibieron una lluvia de granadas y balas. Doce soldados y el capitán perdieron la vida. La segunda unidad, a tan sólo un kilómetro de distancia, pudo repeler mejor el ataque. Mozombite reagrupó a los 15 militares que iban a bordo de una segunda máquina. En mitad de las ráfagas consiguieron huir, adentrándose en la selva a pesar de lo accidentado y resbaloso del terreno. Sin embargo, en el camino se quedó uno de sus hombres, y él fue herido de gravedad. Arrastrándose por el fango, Mozombite encontró una cueva desde la que pudo pedir ayuda por radio.«Se trata de un ejército de unas 200 personas, incluidas mujeres y niños. Entre la maleza nos dispararon a quemarropa. Los niños y las mujeres entregan las armas a los varones, quienes nos disparaban», narró. La presencia de las mujeres y niños entre los atacantes hizo pensar dos veces al personal de la tropa en responder el fuego, lo que aprovecharon los terroristas, que, tras un segundo ataque con granadas, remataron con disparos en la cabeza a los caídos y los despojaron de sus fusiles Fal, cazadoras y demás material que ahora podrán usar contra las Fuerzas Armadas peruanas. Por su parte, el ministro de Defensa, Ántero Flores-Aráoz, informó de que «la lucha continuaba en la zona a pesar de los golpes del grupo terrorista. Siempre va a haber ataques con saldos de heridos y muertos». Además, a nadie se le escapa que el sangriento ataque coincide con la condena del ex presidente Alberto Fujimori de la pasada semana, que tendrá que pasar 25 años de prisión por crímenes cometidos durante la guerra contra el terrorismo.
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