Crisis económica

Sindicatos para el siglo XXI

La Razón
La RazónLa Razón

Ante la crisis económica sorprende el silencio de los sindicatos. Los líderes sindicales han optado por unir sus voces a las del presidente del Gobierno y culpan a la codicia de los mercados americanos de los males que aquejan la economía española. Los sindicatos parecen defender exclusivamente la seguridad de aquellos que tienen el privilegio de conservar su puesto de trabajo y no se movilizan ante el dramático incremento del paro. Los sindicatos españoles basan su fuerza en la representación, que no en la afiliación (14 por 100), y se han convertido en organizaciones burocráticas y de gestión de servicios. Sin embargo, en su ideología mantienen la herencia anacrónica del socialismo, el comunismo o el anarquismo, lo que les aleja de la realidad social, y muchos trabajadores no se identifican con sus postulados. ¿Estaría justificada en la actual coyuntura una huelga general? El propio Fidalgo reconoce que es abordado en la calle por ciudadanos que le increpan por su pasividad. La convocatoria de una huelga general se considera una quimera tanto para el Gobierno como para la oposición, y ha sido descartada por los sindicatos porque sólo empeoraría las cosas. En la reciente historia democrática española se han convocado cuatro huelgas generales contra el PSOE y el PP (1988, 1992, 1994 y 2002) ante medidas consideradas lesivas para los intereses de los trabajadores o por recortar protecciones sociales, pero nunca por el aumento del desempleo. El núcleo duro de los sindicatos se resiste a la transformación de sus organizaciones en medios ágiles para la defensa de los intereses de los trabajadores que contemplen realidades como la globalización o la deslocalización y aúnen seguridad con flexibilidad. La nueva agenda de Diálogo Social y la del Pacto de Toledo son dos pruebas de fuego ante un horizonte sombrío, con un 15 por 100 de paro en 2009.