Barbate

Un plan contra los «cazatesoros»

Un plan contra los «cazatesoros»
Un plan contra los «cazatesoros»larazon

412 marineros a bordo –más de lo que era habitual–, la mayoría de ellos de reemplazo. Un capitán con demasiadas prisas por volver a casa. Un temporal como no lo hubo nunca en la zona –según aseguran las crónicas– y que difícilmente se repetirá. Y un barco que no era tan seguro como parecía. Demasiadas casualidades juntas llevaron el 10 de marzo de 1895 al buque «Reina Regente» a hundirse frente a las costas de Barbate. 114 años después, el Gobierno español rescatará los restos del navío en virtud de un convenio de colaboración firmado ayer en Cartagena por las ministras de Defensa, Carme Chacón, y Cultura, Ángeles González-Sinde, que permitirá localizar el patrimonio sumergido y elaborar una carta arqueológica, algo así como un mapa de todos los pecios hundidos. El «Reina Regente» será sólo el primero de los pecios en ser rescatado, porque lo verdaderamente importante de este plan es que permitirá ganarle por la mano a empresas «caza-tesoros» como Odyssey. De hecho, en los próximos meses se buscará en otros tres cementerios marinos: las islas Cíes (donde está el galeón «Santo Cristo de Maracaibo»), el arsenal de la Carraca, en San Fernando, y el puerto de Cartagena.Patrimonio sumergidoMediante el acuerdo firmado ayer, Defensa pone a disposición del Museo de Arqueología Subacuática de Cartagena (Arqua) todos los medios materiales y humanos necesarios, entre ellos los cazaminas de la clase «Segura». En el caso de que se decidan extraer las piezas pertenecientes a buques de Estado, se expondrán públicamente aquellas que tengan más valor. Según la ministra de Defensa, esta cooperación entre ministerios preservará los bienes culturales del patrimonio subacuático nacional frente a «intereses ajenos». De hecho, según González-Sinde, a partir de ahora el departamento de Chacón «se podría llamar Ministerio de Defensa de la Cultura».La tecnología empleada por los cazaminas es muy similar a la que utilizan las empresas «caza-tesoros»: un robot no tripulado y un sónar de barrido lateral que detectan cualquier pecio; un multihaz, que proyecta una imagen detallada en 3D; un magnetómetro, que identifica cualquier objeto metálico; y un «penetrador», un utensilio que permite excavar en el fondo marino en busca de restos enterrados.«Como una película»Pero la labor de este «CSI submarino» es sólo la primera parte del proceso. El coronel Aragón, de la Armada, lo explica de una forma gráfica: «Nosotros localizamos el cadáver. Pero después viene el ‘‘forense'', es decir, el arqueólogo, que será el encargado de manipular los restos». La información de la que dispone no puede ser más detallada. «Las imágenes que tomamos son tan fiables como las de una película», explica el comandante Vicente Cucarella, que ha estado al mando de estos cazaminas.

Una imprudencia y un temporalEl «Reina Regente» jamás debió echarse al mar aquel 10 de marzo de 1895, en medio del peor temporal que se recuerda en el estrecho de Gibraltar. ¿Por qué lo hizo? Los historiadores creen tener la respuesta: el día siguiente se entregaba en Cádiz el «Carlos V», un buque considerado por todos como el mejor «fichaje» de la Armada española, algo así como el Cristiano Ronaldo de nuestra flota. Toda la España naval estaría allí, y a buen seguro que el capitán del «Reina Regente» no quería perdérselo. Su imprudencia costó muy cara.