Europa

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¿En Europa existe un “cordón sanitario” contra la ultraderecha?

En la mayoría de países de la UE, es un tabú pactar con los ultras, pero Austria, Italia o Finlandia se han desmarcado

El líder conservador austriaco, Sebastian Kurz, gobernó un año y medio con la ultraderecha del FPÖ y no descarta una nueva coalición tras las elecciones de septiembre
El líder conservador austriaco, Sebastian Kurz, gobernó un año y medio con la ultraderecha del FPÖ y no descarta una nueva coalición tras las elecciones de septiembreHelmut Fohringer/APA/dpaHelmut FohringDer/APA/dpa

La crisis de los partidos tradicionales y el auge de los populismos en Europa ha complicado hasta el extremo la formación de Gobierno. Aunque en la mayoría de países se mantiene el «cordón sanitario» frente a la ultraderecha, Austria, Finlandia y Dinamarca han superado este tabú.

Francia

El sistema presidencialista francés, no dependiente de una mayoría parlamentaria, facilita la puesta en marcha de diques de contención a la ultraderecha. Antes de que Emmanuel Macron y Marine Le Pen se disputasen la segunda vuelta de 2017, la misma situación se produjo en 2002 entre el conservador Jacques Chirac y Jean Marie Le Pen. En las dos ocasiones, socialistas, conservadores y los liberales se aliaron en contra de Le Pen.

Austria

Supone el caso más alejado del modelo francés. A principios de siglo, la alianza entre el partido conservador y la ultraderecha liderada por Jörg Haider ocasionó la repulsa generalizada de las cancillerías europeas. En 2017, el joven Sebastian Kurz no tuvo problemas en negociar un Gobierno de coalición que otorgó a este partido seis de los trece ministerios. Entre ellos, carteras tan importantes como Interior, Defensa y Exteriores.

Italia

El partido Forza Italia de Silvio Berlusconi nunca ha tenido problemas en coquetear de forma abierta con la formación ultraderechista Liga Norte, aunque el partido haya vivido varias vidas en las últimos lustros. De un partido de tinte regional defensor incluso del independentismo del norte de Italia, ha pasado a adoptar el discurso de la extrema derecha en ámbitos como la inmigración y a asentarse como fuerza política en todo el país. Ya en 1994, Forza Italia y la Liga Norte concurrieron juntos a las elecciones. El año pasado, Berlusconi se ofreció como socio de Gobierno a la Liga, pero los de Matteo Salvini acabaron prefiriendo al populismo del Movimiento Cinco Estrellas (M5E)

España

A pesar de que la llegada de Vox al panorama político es muy reciente, la formación tildada de ultraderecha no ha entrado aún en el Ejecutivo central, pero ha apoyado los gobiernos presididos por el Partido Popular en Andalucía y Madrid.

Finlandia

En el año 2015, el partido populista Verdaderos Finlandeses se convirtió en la segunda fuerza más votada. Esto llevó a un Gobierno de coalición tripartita presidido por el primer ministro finlandés, Juha Sipilä, pertenciente a un partido de centro. La tercera parte de este Gobierno estaba formada por el Partido de la Coalición Nacional, perteneciente a la familia del Partido Popular Europeo. El giro ultraderechista de este partido propició su expulsión del Ejecutivo.

Dinamarca

Desde su llegada al Gobierno en 2001, los liberales daneses de Anders Fogh Rasmussen y su sucesor encabezaron un Gobierno en minoría que contaba como socio parlamentario con el ultraderechista Partido Popular Danés (DF). A cambio, Copenhague tuvo que endurecer su hasta entonces generosa política migratoria.

Suecia

Tanto la izquierda como la derecha se resisten a pactar con los ultras Demócratas Suecos (DS). Liberales y centristas toleran desde hace un año un Gobierno «rojiverde» en minoría para frenar la influencia de la extrema derecha, la tercera fuerza.