Internacional
“Aparecer y Desaparecer”. Daesh logra un resurgimiento del yihadismo con la guerra de guerrillas
Preocupación en occidente ya que la estrategia se ha convertido en una auténtica “escuela de terroristas”
Daesh ha encontrado, en la estrategia de “golpes de mano”, rápidos ataques y retirada antes de que llegan las tropas del “enemigo”, la forma de mantener y, poco a poco, extender su actividad terrorista. Y ha logrado un cierto “resurgimiento” de la banda yihadista que es seguido con preocupación por observadores internacionales
Además, y lo que es más peligroso para occidente, el método de ataque se ha convertido en una auténtica “escuela de terroristas”, ya que los “moujahidines” aprenden técnicas de combate, ocultación, aproximación y huida, que pueden emplear en cualquier tipo de atentados. Ahora son Siria, Irak, Nigeria, Níger... los países más afectados, pero en el futuro no se pueden descartar otros escenarios
La muerte del “califa” Abu Bark Baghdadi, y de su portavoz y cuñado, Abu Hassan Al Mujahir, puso fin, de alguna manera, a quienes todavía mantenían remotamente la estrategia de ocupación de territorios, de guerra convencional, en la que Daesh resultó derrotada por las tropas de la Coalición Internacional, con los kurdos y los norteamericanos a la cabeza.
Aún en vida de Baghdadi, la modalidad de los “golpes de mano” fue transmitida y puesta en práctica por los yihadistas. Incluso, se distribuyó entre los combatientes un manual para que los pusieran en marcha.
Lo único que ha hecho en nuevo “Califa”, Ibrahim Hashimi, es continuar con estos planes y, de alguna manera, reforzarlos. Y con un cierto “éxito”, ya que ha llevado la inseguridad a las zonas afectadas¡, hasta el punto de que personas, agricultores entre ellos, que viven en zonas aisladas, acuden a dormir a las ciudades ante el peligro que corren.
Daesh está logrando, según las mismas fuentes, formar a una serie de individuos en unas técnicas de combate (incluyen su fanatización ideológica) que en cualquier momento pueden ser “exportadas” por medio de la formación de células a occidente y, lo que es el gran objetivo de la banda, extender el terror en los países cuya civilización se basa en los principios del cristianismo.
La actividad terrorista es, de momento, particularmente intensa en las citadas naciones. Basta con repasar la “letanía” que la agencia de Daesh, Amaq, lanza todos los días para informar de los ataques de las distintas “wilayas”.
A título de ejemplo, la de la mañana del día de Navidad, siempre con la coletilla de que se trata de la “batalla de venganza por el asesinato de los dos jeques gloriosos, el Comandante de los Fieles, Abu Bakr al-Qurashi al-Baghdadi y Abu al-Hasan al-Muhajir, que Dios Todopoderoso los acepte”:
--Con la gracia de Dios Todopoderoso, los soldados del califato apuntaron a un campamento para entrenar a los miembros del PKK, que son apóstatas, en el pueblo de Al-Marashda, cerca del pueblo de Al-Susah, en el distrito de Deir al Zour, con granadas propulsadas por cohetes, lo produjeron daños materiales. Gracias a Dios.
--Estado de irak. Kirkuk. Con la gracia de Dios Todopoderoso, los soldados del califato atacaron un cuartel para la policía en la protección de las instalaciones petroleras en el campo al oeste de Kirkuk, con ametralladoras, lo que llevó a la destrucción de cinco elementos y la quema de un vehículo. Gracias a Dios.
--Con la gracia de Dios Todopoderoso, los soldados del califato apuntaron a un vehículo para apóstatas del PKK en la ciudad de Al-Sabha, detonando un dispositivo explosivo, causándole daños, la muerte y lesiones de los que estaban a bordo, alabado sea Dios.
--Estado de África Occidental. Por la gracia de Dios Todopoderoso, los soldados del califato atacaron a tres incrédulos chadianos cerca de la ciudad de Kega en la frontera artificial entre Nigeria y Chad, con ametralladoras, que llevaron a su destrucción, alabado sea Dios. Eran tres cristianos.
El común denominador de estos ataques es que no se produce una ocupación del terreno, ni enfrentamiento con grandes contingentes de tropas. Se utiliza el factor sorpresa para matar, destruir y, después, huir a bordo de vehículos todo terreno y motos.
En el manual para este tipo de ataques, publicado por Daesh en boletines internos Y cuyas líneas generales adelantó LA RAZÓN, se cuidan todos los detalles:
- “El método se basa en sorprender a las fuerzas enemigas en áreas débiles, en las que los mouyahidines pueden estar seguros de su superioridad y atacar a una aldea, o más, en función de la fuerza de la que dispongamos.
- Se trata de atacar o neutralizar la fuerza del enemigo, lo que permitirá a los mouyahidines moverse libremente dentro del área y alcanzar sus objetivos en una acción de escasa duración.
- A continuación, hay que retirarse, también rápidamente, del sitio del ataque y evitar una confrontación directa con el grueso del enemigo, para evitar las pérdidas en las filas propias en la medida de lo posible. En cuanto a los medios que se utilicen, depende de la naturaleza del lugar y la fuerza del enemigo, siempre teniendo en cuenta si están alerta, su fuerza, distribución y capacidad de respuesta; y el estado de los mouyahidines desde el aspecto de las capacidades y habilidades materiales y de mano de obra en la planificación e implementación”.
Desde el punto de vista de los medios, se señala que se deben utilizar los métodos de la guerra de guerrillas.
- “Hay que aparecer en el momento oportuno, camuflados con ropas similares a las que utilizan los habitantes de la región. Las armas deben permanecer ocultas. Recibida la orden de retirarse, hay que desaparecer, sin que el enemigo encuentre rastros para poder seguirnos.
- Una vez cometida la acción, hay que ocultarse de inmediato, sin exponerse al peligro de asalto y arresto por parte del enemigo, que puede emprender grandes campañas de barrido para tratar de localizar a los mouyahidines.
- Hay que aprovechar la infiltración durante la noche en las áreas en las que la presencia del enemigo es débil y, especialmente, en las zonas rurales aisladas para que se puede barrer (sic) una aldea con un pequeño número de mouyahidines, secuestrar a los infieles traidores, apoderarse de sus riquezas o destruirlas. Una vez finalizada la acción, hay que retirarse sin dejar rastros que permitan a las fuerzas enemigas rastrearnos y arrestarnos”.
Por lo que se refiere a la duración de los ataques, se señala que “depende de la fuerza de los mouyahidines y la fuerza de su enemigo, ya que el plazo puede ser muy estrecho o muy grande. Si las fuerzas enemigas están presentes e intentan rodear a los hermanos y obligarlos a entrar en una batalla de confrontación, no es la opción mejor para nosotros.
- Por eso hay que buscar las áreas aisladas donde las fuerzas enemigas se retrasarán en llegar; la elección puede estar en manos de los muyahidines por completo si están convencidos de que no hay posibilidad de que las fuerzas terrestres del enemigo lleguen el lugar, ni siquiera por medio de la intervención aérea.
- El alcance de la operación puede cambiar durante su realización, de acuerdo con el grado de resistencia del enemigo y la velocidad del avance de los mouyahidines, ya que el emir (el jefe) puede pensar con toda probabilidad que el rápido colapso del enemigo ayudará a lograr un mayor avance junto con la existencia de un camino seguro para la retirada y la prevención del cerco”.
Todas estas técnicas son las que Daesh está utilizando en Siria, Irak y en otros países. Níger es uno de las naciones más castigadas por estos métodos, al igual que Mali.
El objetivo es que las autoridades de ambos estados abandonen los puestos fronterizos más avanzados, para retirarse a otros del interior y dejar así una amplia “zona franca” que pueda ser utilizada por los terroristas para lanzar los ataques, realizar entrenamientos o mantener a personas secuestradas.
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