Brexit

Geopolítica versus ideología

Europeos y británicos debemos seguir dispuestos a cooperar dado que nos enfrentamos a las mismas amenazas de seguridad

Reino Unido siempre ha dificultado las iniciativas a favor de una política de defensa común
Reino Unido siempre ha dificultado las iniciativas a favor de una política de defensa comúnlarazon

Europeos y británicos tenemos por delante un año de negociaciones para aplicar las realidades geopolíticas a nuestras futuras relaciones. Y si la palabra geopolítica es demasiado intimidante, la puede sustituir por sentido común y será casi lo mismo. La geografía y las razones económicas que en su dia llevaron a Reino Unido a solicitar su adhesión a las Comunidades Europeas no han variado. Tras la Segunda Guerra Mundial, Londres no se unió a nosotros impulsado por un ideal paneuropeo, sino más bien persiguiendo un interés nacional. Ahora que se van ¿cuál podría ser el impacto de su salida en la PESD, la política común de seguridad y defensa?

Podríamos diferenciar dos campos en la contribución británica: el operativo y la cooperación industrial militar. Pero ante todo debemos recordar que Londres y París son las únicas potencias europeas que tienen cierta capacidad de operar independientemente y proyectar fuerza más allá de sus fronteras. Ambos son miembros del Consejo de Seguridad y tienen armas nucleares. Por lo tanto, es inevitable que los europeos notemos la perdida que se aproxima. Pero hay ciertos factores que hacen que esta pérdida no sea tan importante como pudiera parecer.

Reino Unido siempre ha dificultado las iniciativas operativas europeas con el argumento de que ponían en peligro la eficacia de la OTAN. Se ha opuesto tenazmente a que se establecieran Cuarteles Generales permanentes europeos y ha contribuido muy poco a las misiones europeas. Por esto, el Brexit puede suponer una ventana de oportunidad para que los europeos logremos un cierto grado de autonomía estratégica con relación a los norteamericanos. No vamos a sentir mucho la pérdida de los escasos –pero eficientes– militares británicos en nuestras misiones europeas. La aportación británica a ciertos sistemas de armas europeas ha sido notable. Vienen a la memoria el cazabombardero Eurofighter y su participación en Airbus fabricante del A-400M, un magnifico avión de transporte. La inminente salida británica no va a traer consigo un gran impacto en estos y otros sistemas de armas ya operativos porque las organizaciones que los controlan son europeas, pero independientes de la UE. La Comisión Europea está promoviendo una serie de iniciativas para financiar futuros sistemas de armas europeos. ¿Tendrá Reino Unido oportunidad de participar como tercer país en esta PESCO que asi se denomina la más importante de estas iniciativas? Dependerá de cómo se lleven a cabo las negociaciones, pero hasta ahora la contribución británica a la I&D militar europea y su participación en iniciativas de consolidación de recursos ha sido positiva. A los europeos no nos sobran unidades ni recursos de Defensa. Un ejemplo de hoy mismo: de los 19 destructores y fragatas que tiene Reino Unido solo 4 están operativos; de ellos, dos desplegados en el Golfo Pérsico. Para que puedan comparar, España tiene 8 de sus 11 fragatas operativas –con ciertas limitaciones- y solo una desplegada en el Mar Rojo. Nadie nada en la abundancia. Sería conveniente pues consolidar recursos –europeos y británicos– si es que seguimos compartiendo amenazas y planteamientos. Los planteamientos geopolíticos no han variado; la mayoría de los problemas de seguridad y defensa para los europeos lo son tambien para los británicos. Ninguna ensoñación de asociación preferente con los EE UU podrá sustituir la cercanía geopolítica de las Islas al Continente. Inicialmente este impulso para cooperar quizás tome la forma de iniciativas conjuntas franco británicas. Pero Francia aspira al liderazgo europeo en los asuntos de Defensa. Por lo tanto, será siempre más sensible a las necesidades colectivas europeas que a las meras británicas. Tarde o temprano Reino Unido tendrá que reconocer que está muy cerca de un coloso –la UE- que le supera en peso económico y militar, aunque la velocidad en el proceso de integración europea continúe siendo materia de especulación.

Resumiendo, el impacto del Brexit en la defensa europea no parece ser significativo. Pero Reino Unido tiene un año por delante para pasar de la ideología a la geopolítica.

LOS RETOS

AMENAZA TERRORISTA
La Unión Europea y Reino Unido quieren mantener una estrecha cooperación en seguridad dado que la amenaza terrorista afectará a ambas partes y compartir información policial es clave para frustrar posible atentados.
DEFENSA EUROPEA
Tras el Brexit, Francia se convierte en el único socio de la UE con poder nuclear. De ahí que París impulse el desarrollo de una política común de defensa, la PESCO, a la que Reino Unido se había resistido durante décadas.
MISIONES CONJUNTAS
Bruselas espera que Reino Unido no abandone las misiones militares de las que ahora forma parte aportando personal, equipos y conocimientos, sobre todo con su apoyo naval en la lucha contra la piratería en el Cuerno de África.