Coronavirus

Argentina

Los hoteles de Buenos Aires, convertidos en centros de cuarentena

A pesar de la pandemia de Covid-19, muchos pasajeros hacen pedidos extravagantes desde su habitación

Argentina cumple una semana en cuarentena y amplía el cierre de fronteras
Una persona saluda desde un hotel donde debe cumplir una cuarentena luego de llegar de viaje del exterior, este viernes, en la ciudad de Buenos AiresJuan Ignacio RoncoroniEFE

Al contrario de lo que ocurre en España en Argentina los compatriotas que llegan de zonas especialmente riesgosas como Italia, España, Reino Unido o Estados Unidos, no pueden volver a sus casas ya sea del interior o de capital, sino que son obligados a cumplir una estricta cuarentena en hoteles de Buenos Aires por un periodo mínimo de dos semanas.

Aunque el Gobierno cerró fronteras, dejando varados a 10.000 argentinos en el exterior, Buenos Aires ya aisló en 20 hoteles a 2.056 pasajeros. Se trata de buenos hoteles de entre tres y cuatro estrellas, a veces cinco, en donde todo está incluido.

Pese a todo, los recluidos sienten fuertes ataques de ansiedad ya que tras pasar un infierno para volver a su país, no pueden regresar a los hogares. Es una especie de “jaula de oro” para ellos donde no saben si conviven con gente infectada –aunque las habitaciones son individuales o de dos-.

Además de la limpieza general y de residuos patogénicos, en los hoteles se brinda desayuno, almuerzo, merienda y cena, y hay provisión y recambio de sábanas y toallas, guantes, máscaras, jabón, champú y alcohol en gel.

Voluntarios para atender los deseos de los aislados

Los pasajeros que llegan son asintomáticos y son controlados por una guardia médica que funciona las 24 horas y que también cuenta con atención psicológica o psiquiátrica. También está destinado un médico por hotel y una dotación de más de 200 voluntarios para atender las necesidades de los pasajeros.

Son equipos de entre 10 y 18 voluntarios por hotel que se encargan de la orientación, la contención y la asistencia de los “aislados”.

Dicha asistencia incluye: la provisión de las cuatro comidas diarias; la provisión de kits de limpieza personal y lavandería; la logística de envío y entrega de pedidos o mandados personales, que va desde la compra de medicación, pedidos de comida y otras necesidades personales. Los voluntarios funcionan también como el nexo con los médicos de guardia y con el servicio de atención psicológica. Estos voluntarios a veces se ven expuestos a situaciones que exceden sus labores.

Excesos

Por ejemplo, relatan que una pasajera pidió una habitación que dé al sol para poder sintetizar vitaminas –sobre todo la D-, y hasta vegetarianos y veganos tentados por sandwiches de jamón y queso, los cuales finalmente rompieron su dieta por el confinamiento. “No parecían molestos, más bien como si la situación les diera una excusa para comer carne”, asegura este voluntario.

También están los que piden cerveza por Rappi –un servicio de pedidos- y unos aficionados que sabían que Sergio “Chiquito” Romero, el portero argentino del Manchester United y la selección, estaba en el mismo hotel –Panamericano- pidieron autógrafos.

Hubo quien además pidió hielo para el fernet –aperitivo típico de Italia y Argentina- e incluso permiso para poder llamar “a una chica de compañía”, afirma la misma fuente, quien quedó incrédula en ese momento. Ambas peticiones fueron denegadas.

Otro de los problemas que tienen es que no pueden fumar en las habitaciones, lo cual está generando síndrome de abstinencia y nerviosismo entre los pasajeros.

Otros se quejan. “Hoy es el quinto día que estoy acá, y no vino ni un solo médico, ni una sola autoridad responsable. Yo estoy con las valijas y la ropa de viaje sin poder lavarla. Estoy a ocho calles de mi casa, donde cuento con todos los elementos de profilaxis necesarios; en cambio aquí me dejaron un protocolo escrito donde me dicen que viene un personal de limpieza cada tres días para la desinfección de la habitación", explica el director de arte y escenógrafo Diego Siliano, también recluido.

Pero lo cierto es que las medidas de Gobierno están dando resultado, pese a su dureza y en especial, el impacto económico que resultará para un país al borde del default -quiebra-. Argentina tiene 745 casos confirmados, 19 fallecidos y 72 recuperados.

Si bien los hoteles están cediendo las instalaciones el Estado se hacen cargo de todos los gastos, también lo han hecho con las repatriaciones en vuelos de Aerolíneas Argentinas. Por último anunciaron que además, cubrirán los gastos de la gente que se ha quedado varada y sin dinero. Una vez más “la madre patria” debería seguir ejemplo. Por un tiempo más los hoteles de la ciudad seguirán llenos, pero de “huéspedes especiales”.